El hambre de un perro

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Hay que tener claro que la felicidad no es constante. 
No hay que ilusionarse con tener una casa en la playa con unicornios cabalgando, ni tampoco tener tres hijos que nunca crezcan ni den problemas.
La vida no esta hecha para antojos de necios o impulsivos, la vida esta hecha para la paciencia.
Esto no quiere decir que sea un camino de dicha y alegría, pero tampoco un camino de tristeza y decepción... es tan solo un camino, con sus montañas, cuestas, bajadas, oasis y ciudades...
La vida es como el hambre de un perro, su felicidad se mantiene mientras es consiente de que su comida será servida, pero se desvanece cuando se es saboreada y acabada, pero a cambio de ello obtiene la serenidad y es esto lo que tenemos que buscar.

 

l.a


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