Por la virtud de mi bien amada
Mancillada en su plenitud
Blandiré mi fiel espada
Buscando alivio a su acritud
Y doblegaré a quien usurpó
O animó a quien allí se hallare
Clavando el hierro en su honor
Y cortar el miembro que para ello usare
Y por testigo, pongo mi fe
Donde tanto hallé, siendo un mendigo
Que buscaré sin freno el dolor
De aquel que afanó lo por mi querido
Y doy por hecho que ella no quiso
Sin haber aviso, ni rotos desechos
Ya que los gritos que horrorizado escuché
Parecieren romper lo que estuvo estrecho
Y lloro al pensar en la noche elegida
Por ser despedida antes de casar
Donde las doncellas amigas no saben nada
Sólo que marcharon antes de clarear
Ay de mi, lo que escucho es obsceno
Pues es sarraceno quien debió huir
Los guardias acuerdan que era muy alto
Y como olvidar su rostro feliz
Mi amada me implora que eche el freno
Aún sintiéndome ajeno, ya no me ignora
Relajada y radiante su faz se ve
Como nunca antes, la observo agora
Que pesada carga llevo en mi cabeza
Amor o nobleza, tras cruel noche amarga
Por Dios, que agora me surge el dilema
De olvidar y casar, o saldar cuesa falta
Tormentos burlaran por siempre mis espaldas
O descuidar las faldas amadas más me turbaran
Oh, casaré con ella aunque pese en mi testa
Aunque avisor estaré por si vuelve el Don Juan
Por la virtud de mi bien amada
Mancillada en su plenitud
Alargaré mi fiel espada
Para cortar del sarraceno lo que produjo mi Cruz
Y por testigo, pongo mi fe
Donde tanto hallé, siendo un mendigo
Que amaré sin freno a mi amor
He intentaré rellenar lo que quedó dolorido
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