Aquí dentro

Hace tiempo que no me sentaba a escribir, me encontraba en un estado cataléptico por voluntad propia. Quise apagar mis sentidos, dejar los libros a un lado con lo que incluí el estudiar, mal hecho para mi, y me dediqué a nada en concreto. 

Es uno de esos momentos en los que sientes que lo mejor es dejar que todo suceda sin más, sea lo que sea, no por pereza, ni por miedo, sino mas bien por dejar que el orden natural de las cosas sucedan porque si, sin estar sujetos a los actos de uno mismo, para ver como los ríos fluyen por su cauce original sin alteraciones.

Creo que he tenido suficiente, he visto como las cosas se han ido colocando en su sitio. Cada afluente crecía como un brazo para un lado, para otro, desbordamientos, algunos que se secaron y algunos que aun siguen buscando el mar como salida.  Poco a poco la forma que adquieren sin mi influencia refleja hasta que punto todo es natural, sobre que sistemas se sostienen, su complejidad o su simpleza, nociones que ni para bien ni para mal pasan por delante de mis ojos.

Hoy me ha tocado activarme.

Todo este coma inducido me ha servido para construir una metáfora de lo que he visto, un resumen de cómo  a mis ojos, funcionamos. Y es que, aunque algunos crean en el destino, en el que todo está escrito hagamos lo que hagamos, para mí eso es una forma cobarde para aceptar que nuestros actos no tienen valor, o no somos culpables de los errores que podamos cometer, ni tan siquiera para reconocer nuestros propios meritos, tenedlo en cuenta.

Pero esa visión simplista no va conmigo, y es por eso que lo veo todo más complejo, y también mas bajo la responsabilidad de uno mismo.

Y al final esa complejidad se reduce a tres factores; la tinta, que refleja el tiempo que nos queda, el papel que funciona como nuestro entorno y el ámbito por donde nos movemos, y la pluma con la que ejercemos la libertad de elegir y de decidir. Quizás mi hobby ha influido en esto, pero es lo que hay. Así que, para finalizar, un consejo.

Aprovechad la tinta, aprovechad el papel, y cuidad la pluma.