Todo empezó ese fatídico día, para mí, el día 7 de mayo de 2012 y, bueno, era un día cualquiera, un día normal para todos. Incluso había sacado un 7 en Biología, cosa ya bastante extraña. Fue por la tarde cuando cambiaron las cosas. Cuando me recogió mi padre ya estaba más que claro que algo había ocurrido, esta serio, mucho más serio de lo normal, demasiado serio. Tenía una cara de inquietud que no se la quitaba nadie. Me lie a hacerle preguntas sobre qué ha pasado, que hay de cenar, a donde vamos, ya que el camino era distinto. Cuando pregunté lo último, una mueca de inquietud, un sobresalto, pequeño, pero se notó, apenas un giro de unos 10 grados. No lo comprendí. Mi hermano me miraba con una cara como diciendo: ¿Qué ocurre? Me empiezo a hacer la idea de si la empresa o algo parecido, la abuela ha muerto, algo así.
Y es coger, subir por el ascensor, abrir la puerta, y encontrarme cajas en la cocina, habrán traído algo nuevo, pensé, un electrodoméstico. Cajas en el pasillo, los armarios abiertos, vacíos, y me digo: Hostia puta, que raro; y de repente veo el comedor, vacío y mi habitación, vacía. Y entones, se completa la ecuación. En ese momento, lo había comprendido, ya sabía lo que pasaba. Rompí a llorar, solo lloré menos de un minuto, puede que 30 segundos, y ya está, como si hubiese llorado todo el día. Nuestro padre nos dice que se va a organizar todas las cosas, que las podíamos dejar en un almacén. Empezamos a mirar ofertas. Pero yo para distraerme, no me puse a jugar a la Play, ni al ordenador. Me puse a hacer mates, ecuaciones exactamente. Me pongo a hacerlas en mi queridísima habitación, las ultimas horas en mi habitación. Recuerdo encender el ordenador, en aquella habitación, empiezo a ver mis cosas, a toquetearlas, empiezo también a mirar las fotografías de mi comunión. No sé por qué lo hice, pero algo había de especial que mi subconsciente quería que hiciese. Me pongo a mirarlas, y rompo a llorar, otro medio minuto más. No tiene nada de especial. Mi madre estaba en casa de los vecinos, justamente al lado. Nuestros vecinos, amigos del alma, aquellos que nos han apoyado siempre. Termino los deberes, y tengo el valor de hacerme la mochila para el día siguiente, y de repente, salgo, de casa, de golpe, una idea disparatada, y empiezo a pensar: Si me voy, ¿volveré algún día? Hay se me quedó la pregunta. Lo pensé durante otro medio minuto. Voy a casa de mis vecinos, estábamos hablando, y fue decírselo a mis vecinos y el cambio de cara de estar feliz como un día cualquiera a derrumbarse delante de mí. Cada uno me dio un abrazo, y ahí fue cuando empecé a pensar: Nunca he tenido ni Tuenti, Twitter ni esas cosas. Le podía sacar partido, pero luego me vino otra idea, tengo Tuenti, pero, ¿cómo me conecto? No voy a volver a ver el ordenador, va a estar en otro lado. Y mis vecinos me dejaron un pequeño ordenador, básico, me lo dieron, como un regalo, como un recuerdo. Así podría hacer los deberes, trabajos, y presentaciones. Les prometí que estaríamos en contacto todos los días, fallé. Hasta 5 meses después no puede tener contacto con ellos, perdí la contraseña, ni me acordaba. Fue irme a la cama y pensar: Mis últimas horas en mi cama, en mi habitación, con mis cosas, en mi casa. Pensé que no iba a poder dormir, pero dormí de un tirón. Es verdad que cuando lloras te es más fácil dormir, muchísimo más fácil. El día siguiente fue un desastre. Fue ir al colegio, y no lo aguanté.
Fue pasar la primera semana en casa de mi abuela sin mis cosas, y no podía aguantar, me era superior a mí. Sin mi MP3, nada para poder relajarme, no quería ver la televisión. Desde ese momento, veo muy poco la televisión
Resultó que el ordenador lo puede recuperar, lo tenían unos amigos, otros amigos del alma; también recuperé la Play, normalmente le echaba 1 hora, 2 como mucho, pero ese día le eché 6 horas.
Las cosas pasaron demasiado rápido. Tarde muy poco en asimilarlo, todavía no lo he asimilado, me dicen que tengo la autoestima por los suelos. Antes yo era feliz, tenía motivos por los que vivir, pero estos últimos meses, no.
He empezado a soñar bastante muchísimos recuerdos que me han entrado de golpe. Muchas veces me he puesto a soñar en las fiestas del último día que se abría la piscina en mi urbanización, por todo lo alto. Recuerdo lo fría que estaba el agua el último día. Diversos recuerdos. Yo me solía despertar siempre a las 01:30 o 02:30, y un día me enfado de narices: me desperté y durante 5 segundos volví a ver mi habitación. No estaba en mi habitación, pero la veía. Me cabreo. Sueño todo tipo de recuerdos, buenos y malos, y cuando sueño el del 7 de mayo, me cabreo a más no poder.
También sueño que estábamos volviendo de vacaciones, y me encuentro al socorrista de mi urbanización, y nos pregunta donde estábamos y que nos había pasado, nuestros vecinos no habían dicho nada, fueron fieles. Mis vecinos me querían ayudar en todo, le pedí un iPod y uno dijo que me podía dar su iPhone si se lo pedía, dijo que le daba igual. Me quedé atónito. Siempre quiero quedar con ellos, pero no puedo.
Mi madre me dice que esto acabará en 2 meses, el año pasado me dijo que acabaría en septiembre, es como cuando les digo que cuando iremos a esquiar: Al año que viene.
Me tendría que centrar en estudiar, pero lo veo imposible, entre que no soporto a mi abuela y no soporto a mi padre discutir con la abuela ni a mi madre y mi padre discutir con mi abuela, ahí se forma el Triángulo de las Bermudas, pero yo me pongo los cascos a todo volumen y todo desaparece
Ese es mi día a día: despertarme, ver durante 5 segundos mi querida habitación antes de volver a la realidad y por la noche soñar con la casa entera, con el más mínimo detalle. Odio mi subconsciente, sinceramente.
BASADA EN UNA HISTORIA REAL
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