UN TSUNAMI MÀGICO
Mi mente jugaba recordando una isla.
Mi canoa era una càscara de nuez.
Mis remos los palillos de un caramelo.
Mi lago una charca en medio de la calzada
en una gran ciudad.
Tapù mi equipaje se perdió entre las olas
del viento de una tarde de invierno.
Un tsunami llegó y volcó el barro de mi lago
en mi nuevo vestido.
Pero mi nuez no naufragó solo se movió sin darse la vuelta
Intentaba llegar a Pepeete y busqué a los Reyes de
Oriente, era Navidad en la gran ciudad.
Los Reyes Magos viajaban
por el mundo en sus màgicos camellos
Mi lago de ciudad se congeló y mi nuez quedó
embarrancada en el cieno de la charca de lluvia.
Mañana no saldrá el sol pero volveré a navegar
en otra nuez y buscaré otro charco.
Jugando de nuevo en mi càscara
de nuez en otro charco olvidado por el agua de lluvia
volví a remar contra la
adversidad y el viento huracanado que levantaba mi falda.
Llegar a mi isla era imposible
pero como capitana de aquella
Nao no podía dejarme vencer por la adversidad.
Oscurecía en la gran ciudad y el frío
ponía morados mis labios
las manos ateridas de frío se hacían torpes.
Pero no quería dejar mi nuez sin llegar a su destino.
Mirè hacia el cielo se había vuelto de un azul marino
de suave terciopelo y brillaba una luna semiescondida
por grandes nubarrones.
El agua reflejaba el color de aquel cielo
y el viento hacia olas que lamían mis zapatos
de nuevo un làtigo de agua mojó mis calcetines nuevos.
Un nuevo tsunami me trasladó
inundó la otra orilla de cemento y me llevó raseando
como alfombra mágica surcando y conquistando
nuevos mares, el olor a salitre era intenso.
Los recuerdos se agolpaban en mi mente
mi isla aparecía entre los nubarrones de un mes frío de invierno.
Quería llegar y mis dedos atravesaban la niebla queriendo
tocar la otra orilla pero mi nuez embarrancaba
una vez y otra congelándose en el cieno de aquel charco.
Mañana antes de que se congele mis
Recuerdos llegaré a la orilla y podré
volver a ser feliz en mi isla bonita
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