Como mendigar una onza de fuerza a tu cuerpo?
Para luego obligar tus ojos a ver el camino evitando chocar contra
La estirpe de un pueblo ajeno.
Prefiero sumergirme en licor de ajenjo,
Que profanar mi credo y morir en el intento,
Ser programado y correr por un sorbo de aliento.
Ser mi espejo,
Por mas odio a tenerlo.
Lo extraño!
Extraño mi Viejo cuerpo...
Romper el hielo asesinando el papel con sangre de ebano,
Compartiendo secretos con el silencio.
Un vuelo desde la orrilla de tu cama,
Y la plegaria para no alcanzar el suelo,
Flotar por un grisaceo hilo de humo en tu interior,
Veneno que te Habra las puertas del eden literario,
Veneno que te sostenga,
Que te Esclavize,
Que te Divierta y luego se robe la luz,
Demostrando que el amanecer está cerca.
Una Mirada me golpea el pecho,
Es el buho que sostiene el conocimiento y me observa,
Parece hambriento y yo cansado,
Es el acto que completa el ciclo.
Mis hombros reclaman por el peso que sin necesidad han puesto a su cargo,
Y es que no se a que hora empese a correr o por que,
Quizas es la busqueda de esa señora con cabellos grices, boca palida y amarilla,
Dice llamarse nicotina.
La esperare sentado en una banca en el bosque,
No Habra problema si no llega,
Pues mis raices han empesado a crecer,
Y mi destino lo enterre en ese bosque,
Ese bosque donde todas las noches despierto mendigar,
Mendigar por una onza mas de fuerza.
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