Ponlo tú

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El timbre del portal me devolvió a la realidad con su sonar intenso y seguido. Dejé para otro día el resto de la siesta que estaba disfrutando en ese momento. Con relativa pereza y torpeza me incorporé del sofá.

Cuando llegué al telefonillo y, con voz de no estar, pregunté “¿quién es?”

La voz que me respondió dijo secamente “entrega de paquete”.
De forma automática pulsé el botón azul que indica apertura de puerta comunitaria, oí como abría la puerta y como se cerraba. Dos minutos más tarde la misma persona tocaba el timbre de mi puerta.

-Buenas tardes, es usted Adán?
-Sí
-Esta entrega es para usted…-no pudo evitar una sonrisa que me pareció algo jodida-.
-No he comprado nada.., ¿seguro que no se equivoca de nombre?
-No, coincide el domicilio y con ese nombre no tengo dudas. –Me regaló otra sonrisa maliciosa-
- Bueno… ¿Hay que pagar?
-No, que lo disfrute…-cuando se volvió se descojonaba-

Volví al salón un tanto jodido por las risas del interfecto. Pero estaba intrigado por el paquete, el envoltorio no estaba nada currado, como con prisas. La nota del destinatario estaba escrita a mano, simplemente con mi nombre y mi dirección. El remitente era de mi ciudad pero para seguir averiguando el resto tuve que buscar las gafas.

Sorpresa!!! El paquete venia de un Sex Shop a cinco manzanas de mi casa.

Pensé que era un error pero la intriga ya estaba instalada y sin más preámbulos abrí mí paquete. Joder!, un consolador o un dildo -como dirían los que saben del tema-. No daba crédito, dos cabezas, pilas y, eso sí, las instrucciones en inglés pero muy elocuentes.

Superado el primer shock, busqué en el envoltorio algún número de teléfono para aclarar este malentendido. Marco y me sale la siguiente locución:

- Querido cliente – voz muy sensual-, en estos momentos todas nuestras líneas están ocupadas, para hacerle más llevadera la espera le ofrecemos las siguientes opciones:

- Para oír gemidos femeninos pulse 1
- Para oír gemidos masculinos pulse 2
- Para oír palabras soeces femeninas pulse 3
- Para oír palabras soeces masculinas pulse 4
- Para oír confesiones inconfensables femeninas pulse 5
- Para oír confesiones inconfesables masculinas pulse 6
- Para oír a los que están oyendo en femenino pulse 7
- Para oír a los que están oyendo en masculino pulse 8
- Si quiere presentar una reclamación no pulse nada, no tenemos este servicio.
-
Leches! Me fijo más en el número que he marcado y es un 806XXXXXXX. La llamada me esta costando un riñón, pero lo más jodido es que hubiese marcado la opción… Colgué de muy malos modos, frustrado y cabreado a la par.

En ese preciso momento tomo la decisión de personarme en la tienda.

Meto el artilugio en una bolsa y salgo, espero un minuto al ascensor, abro la puerta y me encuentro con Mario, mi vecino, con el cual juego los fines de semana al padel. Veo que su mirada va directamente para la bolsa y sobre la marcha dió un paso hacia atrás que poco le faltó para abrir otra salida al ascensor. Me doy cuenta que, desafortunadamente, la bolsa es totalmente transparente. Horror!!!
-Mario, esto no es lo que parece….es un error.
-No cuente más conmigo para el padel.

A la salida del ascensor me sentía como un “miura” buscando la puerta para saltar al ruedo. No sabía por dónde salir de aquel embrollo. Ya en la calle aspiré una gran bocanada de aire pues me dí cuenta que me faltaba el oxígeno y las piernas me temblaban. Azorado y con el paquete escondido debajo de la blusa llegué en un santiamén a la tienda. Volví a tomar aire…

Cuando entré en el local falto de luminosidad, por el rabillo del ojo izquierdo me pareció ver una sombra al tiempo que oía el azote de un látigo, poco después alguien vestida o vestido de cuero negro zaino me preguntó qué deseaba. Sin atreverme a pestañear solicité hablar con el encargado…

Con voz aguardentosa y, para mi gusto, muy alta dijo:

-Ladislao, te busca un señor y trae un consolador XXS….

No supe dónde esconderme. Tropecé con una muñeca de esas que se inflan, de tacto muy agradable, le pedí disculpas por el atropello y me quedé muy quieto, casi sin respirar para no dar más la nota.

-Buenas tardes, -dijo Ladislao- en qué puedo ayudarle?

Torpemente balbuceé algo sin sentido y con la misma torpeza saqué de la bolsa el consolador y se lo planté en la cara al encargado.

-Disculpe, pero, por razones de higiene, no admitimos devolución de determinados artículos. Espero que lo entienda…
-No, disculpe, se trata de un error, esta tarde me han entregado ésto en mi casa y yo no he pedido nada de nada y vengo a devolverlo.
- Como le he dicho no admitimos devoluciones de consoladores.
-Hace media hora que me lo han entregado en casa e insisto, yo no he encargado nada
-Es usted Adán? Vive en la calle Barrio Arriba 110 8-G?
-Sí.
-No se preocupe, ha sido su señora, lo ha dejado pagado y nos pidió que se lo llevásemos a su casa pues tenia que seguir haciendo compras por el barrio.
-Disculpe soy soltero y vivo solo.
-No puedo atenderle más, me esperan otros clientes…-me dedicó una sonrisa lasciva-
Me marché a casa totalmente jodido y sin respuesta.

Pasaban las 20:00 y sonó el timbre de la casa, abrí y me encontré a mi vecina Raimunda.

-Hola Adán, te han dejado un paquete?
-Sí
-Perdona, es una sorpresa para mi marido y como hoy se ha quedado en casa no me atrevía a que lo llevasen a mi domicilio, espero no haberte molestado.
- Te lo doy en un segundo, por cierto, no sabrás de nadie que quiera alquilar o comprar mi casa…
- Te mudas?
-Me vuelven a trasladar… ya sabes como esta el tema del trabajo….
-Si me entero te comento… y muchas gracias…


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