Denunciar relato
Cae la tarde sobre tus ojos.
El temperamento
que ha arrastrado
tu peso interior
se desvanece y da paso
a un iris crepuscular.
Crees que,
descubierta,
serás vencida.
Te observo y me dices ¿qué?
y sigo mirándote desde la candela
que asoma de mis ojos,
hablándote con cadencia y melodía.
Te sorprendes del calor,
ausente como estuvo.
Tus hombros se encogen
en una reacción de timidez,
frunces los labios
y miras hacia lo lejos,
es un instante perdido.
Cuando vuelves a mí,
yo ya te rodeo,
mi labio te asedia,
aceptas su contacto
y te ruborizas contenida.
Te alisas la blusa,
mesas un rizo
y lanzas a la distancia
una mirada más plena.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales