En el pasado encuentro con Yesenia, jugamos a taparnos los ojos y hacer de nuestro encuentro algo diferente, lo conseguimos ya que nuestros respectivos orgasmos nos demostraron la intensidad de la experiencia. Esta semana esperaba una velada normal, pero no fue así.
Hola cari, que tal la semana, bien? estuvimos hablando mientras entraba al baño a purificarme antes del grato sacrificio sexual. Hoy solo jugaras tu me dijo.
Dominación sabía de que va, pero no era yo de ese rollo, aunque nunca había sentido nada igual, estaba expectante, cuando tapo mis ojos, después me susurro ahora vengo, y abandonando la habitación me dejo con los ojos en la mas completa negrura. Mi cabeza era un torbellino de pensamientos, entrará sola, vendrá con otra?, porque lo ha hecho, en eses momento abrió y acercándose dijo ya estoy aquí, habrá entrado sola?.
Noto como coge mi mano e intenta ponerme unas esposas, yo reacio le dije que no me gustaba me contesto tu confía en mi y me deje llevar. Una vez hubo atado, mis manos y mi cuerpo totalmente desnudo, inicio un juego de caricias, besos con su lengua jugaba con mis pezones, su vulva rozaba mi pierna, sus pechos los míos, las caricias eran suaves me envolvían en un erotismo jamás sentido, lenta, pausada, sosegada y tranquila fue bajando con su lengua jugando al mismo juego que yo había jugado tantas y tantas veces, solo con la variante de los ojos tapados y las esposas puestas.
Solo, ( tremenda palabra, nunca había consentido tanto) eso sentía al ser besado, acariciado y tiernamente abducido de la forma mas sensual, que jamás sentí, quería alejar de mi esas contracciones cada vez mas intensas, que sacudían mi cuerpo, cuando notaba el calor de su boca, cerca de mis partes intimas, acarició mis testículos con su lengua, salivó a mi amigo en toda su extensión, alargando la espera de sentirlo dentro de su boca, solo pensar en el calor de su interior, mi mente sacudía todo mi cuerpo con espasmos de placer. Sin esperarlo note como el calor de su boca abrazaba mi miembro, y de nuevo esa dulce sacudida de gozo, estremeció mi cuerpo, entregado y suplicando que no parara nunca esa succión.
Yesenia, actuó de forma magistral, como yo mismo hubiera hecho con ella, pero de forma mas sutil, como diciendo así tienes que hacerlo, la forma de recorrer mi cuerpo, la lentitud de sus acciones, la humedad de su lengua y el calor de su boca provocaron en mi un anhelo, como hacia días no sentía, esto unido a la sensación de indefensión al estar maniatado, hicieron que mente y cuerpo se fundieran un mismo afán, que se convirtió en el tremendo y brutal orgasmo conseguido.
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