Soplo de vida
Por Claudia Arbeláez
Enviado el 12/11/2012, clasificado en Varios / otros
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SOPLO DE VIDA
Al principio ella era el eje del mundo, vivía en las alturas y aún no era nada, no era nadie, no respiraba, no reía, sus párpados permanecían cerrados y desde lo hondo vigilaba sin descanso. Nunca dormía, era pálida pero llena de vida... ella era la vida.
Un día se cansó de tanto silencio y quiso reposar sobre la nada, poco a poco y gracias al soplo que brotaba de sí, abrió lentamente sus ojos. Habían pasado muchos tiempos y muchas épocas. Al despertar descubrió que todo había sido un sueño y quiso seguir soñando, no dudó en repetir la hazaña.
Sin saber cómo, comenzó a ver seres animados en su cabeza y esto la deslumbró, estaba acostumbrada a ver solo y hacia adentro, un ancho paraje, ni siquiera se conocía a sí misma... pues estaba sola.
De pronto sus horas de sueño eran más largas y asombrosamente de su cabeza, tomaban vida las imágenes y comenzó a poblar el mundo. Así fue como conoció la felicidad. Quería dormir y soñar de nuevo dando a luz extensas montañas, océanos, valles, niños, mujeres, hombres y solo despertaba para vigilar un poco, pero luego seguía durmiendo y se iba y se internaba y volaba y volvía.
Nadie sabe, nadie supone, se conoce su vida y se ignora su muerte, tal vez aún anda entre nosotros haciéndose tierra.
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