LA CAMARERA (PARTE I)

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Tengo cuarenta años acabo de salir de una relación sentimental que ha durado tres años. La rotura no ha sido traumática, ni violenta, ni tan siquiera depresiva. Esta última relación va a dejar en mi vida una marca igual o más que el resto de las que he tenido la suerte de disfrutar con otras mujeres. Con todas mis anteriores mujeres siempre he acabado siendo el mejor amigo, incluso en ocasiones si ellas han rehecho sus vidas con otros hombres me han llamado para contarme  sus problemas; los reencuentros en pocas ocasiones han acabado en sexo.

Religiosamente me considero un gnóstico, con el anhelo de llegar al gnosticismo completo. Una de las variantes de la doctrina gnóstica, propone que a la vida no venimos para aprender, sino que venimos a disfrutar, por este motivo siguiendo esta enseñanza en todas mis relaciones he disfrutado y procurado que mi pareja en este momento también disfrute, no solo del sexo, sino que de todos los placeres, todos los dias que pasamos juntos.

Hace seis meses que Marian y yo ya no estamos juntos, he vuelto a mis fines de semana de noches locas, que empiezan los jueves por la tarde y acaban los domingos a la noche.

Mucha gente dice que firmarían por volver a tener dieciocho años, yo firmaría por quedarme en esta orquilla de los cuarenta, soy de la opinión que la mejor edad del hombre son los cuarenta años, ahora estoy físicamente y mentalmente en el mejor momento de mi vida.

Los fines de semana salimos una cuadrilla de singles, donde todos, tanto mujeres como hombres aparentamos estar libres de perjuicios, el tiempo que llevo con esta cuadrilla me ha demostrado que ésto es solo apariencia, sobre todo en las mujeres.

Me gusta bailar, según dicen las chicas del grupo bailo muy bien, la mayoría de las mujeres de la cuadrilla me buscan para que baile con ellas, ésto es motivo de que algunos de los chicos tengan celos y no les caiga bien.

Nos recorremos todos los bares de las calles Mazarredo, Alameda de Urkujo y otras calles  de Bilbao, buscamos los bares donde pinchan la música que nos gusta a la cuadrilla. Antes de empezar las noches, tenemos tres sitios de quedada que seleccionamos por SMS, todavía no existía whatsapp, los bares donde quedamos son; el Sohoo, el Garo café, el Mo´r O´rless, mas otro que voy a cambiar el nombre para no molestar a terceras personas.

A este último bar le voy a nombrar como el bar Ribera, aquí trabaja una camarera que es la chiquilla mas bonita que he visto nunca, tiene 20 años, es una mezcla de razas, según dice ella; su abuelo es japonés, su abuela africana, su padre hawaiano y su madre vasca, imaginaros esta mezcla, sus rasgos faciales son de una belleza espectacular.

Cada vez que entramos en este bar todos la admiramos, las mujeres reconocen su belleza, a nosotros los hombres se nos cae la sonrisa hasta los suelos, el nombre de esta mujer también lo voy a cambiar la voy a llamar Zuriñe.

Zuriñe habla con todo el mundo, además de hermosa es simpática, también es muy independiente, está estudiando una ingeniería a la vez que trabaja en el bar los fines de semana.

Tengo que recocer que esta Diosa de la hermosura a mi también me gusta y me atrae.

Zuriñe como muchos fines de semana viene al lado de la barra donde esta mi cuadrilla, siempre estamos alegres y de cachondeo. A partir de la medianoche en la otra esquina del bar frente a la nuestra, monta un disc jockey su mesa de mezclas, es un jovencito mundakés: conozco a su familia: ésto me da confianza para pedirle música de mi gusto, soy un Rock and Rolero.

No me avergüenza salir a bailar, me acompañan algunas de las chicas y un par de chicos más del grupo.

Zuriñe, siempre busca un momento y deja solo a su compañero de barra para salir a bailar con nosotros y conmigo, Los movimientos de Zuriñe, son sensuales y armónicos, posee un precioso cuerpo, cuando su pelo largo pasa rozando mi cara, el olor de su perfume me excita, cuando la cojo por la cintura aun me excito mas, mientras ella ríe y ríe, yo sonrío y sonrío.

Podría ser su padre, pero ¡que hombre no va a soñar y tener ilusiones con hermosas mujeres como ésta! Soñar con esta mujer es libre y muy placentero.

Siempre he seguido la frase que se le atribuye a Napoleón, "decía que a las mujeres y a los gatos si les haces caso te ignoran, si las ignoras, entonces te ronronean"

Siguiendo esta frase hago como si todo este juego a mi no me afectara, a diferencia de mis compañeros que la buscan e insisten en buscarla, Zuriñe poco se deja encontrar.

Siempre que estoy en la esquinita de su barra con el resto de mi cuadrilla, ella viene a mi encuentro, se ríe mucho con mis comentarios, también tengo que decir que soy un payaso, si encima estoy fuera de mi entorno y no me conoce nadie, entonces sin miedo al que dirán, mi vena de payaso se crece.

Un jueves; sucedió sin buscarlo yo, quedamos toda la cuadrilla en el bar Ribera, serian los 9,30 h de la noche, soy el primero, todavía no ha llegado Zuriñe a trabajar, su compañero me dice que entra a las 10,00 h. Hay muy poca gente en el bar, me estoy tomando una copa de vino mientras hablo con Marcos, el compañero de Zuriñe.

Son las 9,35 h. y aparecela Diosa, Zuriñe.

.- Hola Aitor, hola Marcos.

Nos dice a la vez que me da dos besos de saludo en las mejillas y estirando el cuello desde el mostrador Marcos y Zuriñe, se saludan de igual manera.

.- ¿Qué haces tan pronto por aquí, si tu hora de entrada es a las 10,00 h?

Le pregunto sin perder la sonrisa.

.- Estaba sentada en el parque esperando la hora, te he visto y he venido hacerte compañía, mejor esperar aquí contigo que sola en el parque.

Esto para mí que soy un hombre ya maduro es todo un halago y encima que me lo diga esta preciosa chica es doble halago.

Por cortesía le pregunto si quiere beber algo, ella con su preciosa sonrisa me responde.

.- No Aitor, para aguantar toda la noche, solo bebo Red Bull y Coca Cola, ahora no me apetece nada.

Van llegando amigos de la cuadrilla y nos vamos juntando en nuestro rincón.

En este bar Ribera, hay dos plantas, en la planta baja está el bar y la pequeña pista de baile y en la planta superior están los baños, femeninos y masculinos, el almacén y un cuartucho donde se cambian los empleados.

Son las 9,47 h. tengo ganas de ir al baño.

.- Chicos, voy al baño.

Según empiezo a encaminarme para subir las escaleras, escucho a Zuriñe decir.

.- Chicos, yo me voy a cambiar os veo luego.

©Registrado

Alvaro Villa Rey


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