LA CAMARERA (PARTE II)
Por ALVARO VILLA REY
Enviado el 08/08/2014, clasificado en Adultos / eróticos
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Zuriñe me alcanza y subimos las escaleras en paralelo, vamos como dos adolescentes jugando y con risas hasta que hemos llegado al rellano, ella entra en el cuartucho vestuario y yo en el baño. Mi tiempo en el baño apenas ha durado tres minutos, al salir tengo que pasar por el vestuario, la puerta está abierta, miro al interior y Zuriñe esta desnuda de cintura para arriba, veo sus pechos firmes de pezones pequeños, me apetece tocarlos, son preciosos, la miro, no se qué decir, parezco un niño adolescente en la puerta mientras ella me habla.
.- Aitor de aquí ¿a donde vais a ir?
.- Pues no lo se, cuando estemos todos lo decidiremos, seguro que primero iremos a picar algo, la noche acaba de empezar.
Zuriñe empieza a soltarse los botones de los pantalones vaqueros y me sorprende.
.- Pasa y cierra la puerta que me van a ver.
Como un chiquillo entro cierro la puerta y me siento en un pequeño banquito que hay en el vestuario, sus muslos me quedan a tan solo unos 30cm. de mi cara, parece mentira que una chiquilla tan joven me anule, debo de parecer un tonto por que ella se ríe.
La piel de Zuriñe es morena, tersa y de terciopelo. Como un autómata estiro mi mano para acariciarla, ella me deja que acaricie sus piernas, y su sexo.
Su sexo, con el vello pubico al natural, me queda a la altura de mi boca, suavemente le voy quitando su tanguita y acerco mis labios a su sexo para besarlo, huele a sexo y a hembra.
Con su tanga suspendido en sus rodillas, beso su sexo, lo adsorbo, lo bebo, mi miembro esta tan duro que parece que van a reventar los botones remachados de la bragueta de mis vaqueros. Zuriñe gime suavemente, estos gemidos me excitan mas, me levanto para llegar a besar su boca, la como a besos y ella a mi también me devora, noto como su pequeña mano juega a soltar los botones de la bragueta de mi pantalón y la hebilla del cinturón, me agarra el miembro, mis manos son autómatas, una acaricia su sexo, la otra sus senos, luego alternan y bajan hasta sus nalgas, la devoro con mis manos y mi boca.
Entre gemidos y susurros ella repite mi nombre.
.- Aitor, Aitor, Aitor.
La agarro por la cintura y le doy la vuelta, ella se agacha y queda mirando al suelo con las rodilla ligeramente flexionadas, ahora sus nalgas y su sexo me quedan a la altura de mi pene, me agacho para volver a besar su sexo y ano, me enderezo y suavemente la penetro.
Joder ¡qué calor emana su sexo! lo siento muy caliente, me agarro a sus nalgas como un gato se agarra con sus uñas a los árboles, la aprieto mientras nos movemos rítmicamente y compasados.
Dioses del universo, que piel, que hermosa, que calientes están sus muslos, que frías sus nalgas, después de unos minutos a un ritmo compasado y lento, se incorpora Zuriñe para volver a besarnos y mordernos, ahora yo me siento en el banquito y ella encima mío, cara con cara, boca con boca la vuelvo a penetrar, comenzamos otra vez a movernos en una danza sexual de ritmo acompasado, no tengo conocimiento del tiempo que llevamos en el cuartucho, nos estamos vaciando, los dos entre, sudor, gemidos y abrazos, permanecemos así abrazados, besándonos y dándonos mordiscos suaves, dulces y juguetones, no se en que minuto subí las escaleras con Zuriñe, a debido de ser poco tiempo, a mi me ha parecido tanto.
Nos levantamos los dos remolonamente, ella comienza a vestirse muy tranquila, yo me subo los pantalones, ella ahora para trabajar en el bar se vuelve a poner su tanga, un culote, yo la observo mientras se viste, si no estaríamos donde estamos, como me apetece volver hacer el amor con ella, en otro lugar, mas tiempo, mas pausado y mas romántico. Se viste con un sujetador deportivo, una camiseta muy ajustada y una mini, mini falda, me da un beso y me dice.
.- Vete.
Se que soy un hombre en el concepto de género, pero hay mujeres que te enseñan a ser mas y mejores hombres.
Llego a nuestro rincón, pido una Coca Cola, la bebo de un trago, tengo sed.
La cuadrilla me apremia, tienen prisa por empezar la noche,
.- Joder Aitor, cagao se viene de casa.
Me dice uno de los graciosos, mientras vamos saliendo del bar. Para mí ya ha empezado el mejor fin de semana de mi vida.
©Registrado
Alvaro Villa Rey
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