Elysia parte 3

Ahora se encontraba sentado bajo el cerezo central, reconocible más por las hojas a su alrededor que por las ramas rotas de su copa. Ya más tranquilo, deleitándose con un pastel de chocolate. Pensó sobre las pocas palabras que pudo sacar al doctor; parecía que al menos era consciente de que había sufrido cambios, pero aún no sabia si era capaz de distinguirlos de su antigua vida, su antiguo yo.

Lucas volvió al cerezo y se sentó frente a Andrew.

-Antes mis compañeros venían a desayunar o comer conmigo. No me gustaba. 

-¿Qué no le gustaba? -respondió mientras guardaba los restos del pastel en el envoltorio de papel sintético. Bastos señaló el pastel. 

-Ya no me importa, antes, me hacía recordar lo que dejé atras. Al principio me sometí a duras pruebas físicas y psíquicas. Tenía que complementar mi alimentación cada tres días, ahora, sé que no necesito más que una ración por mes... y si no fuera por el cierre y traspaso de las instalaciones no necesitaría a nadie.

-Intentaron presionarme negandome el acceso a la ración de complemento, pensaban que podrían manipularme a traves de ello y lograr sus objetivos -miró al suelo entre ambos y cogió un puñado de tierra dejandolo caer entre sus dedos a los pies de su oyente-. A pesar del espléndido jardín, la calidad es insuficiente para mi y no tengo instrumental para refinarla. Sería el último recurso. Por supuesto, soy demasiado valioso para mis antiguos compañeros y se preocupan de proporcionarme lo necesario -se colocó en cuclillas y observó a Andrew esperando que hablara. 

-¿Qué objetivos buscaba la empresa? -preguntó Andrew. Mientras esperaba una respuesta volvió a sacar el pastel y le dió un gran bocado. 

-Querían vender una opción al clon standard. Más eficaz y menos agresivo con el entorno -a Andrew no le extrañó la respuesta. En su trabajo, el doctor también criticaba que los clones consumieran tanta cantidad de comida como los humanos originales. 

-Usted también buscaba vender su trabajo para lograr un futuro mejor... ¿Qué le llevo entonces a oponerse a ello más tarde? -Bastos sonrió, volvió a sentarse y miró hacia el cielo. 

-La luz es vida. Todo aquello por lo que luchaba como hombre esperaba que siempre me reportara algún beneficio. Siempre buscaba ganar dinero para calmar mis deseos... pero todo cambió el primer día que salí fuera del laboratorio como nuevo ser... comprendí que no tendría más motivos para luchar; la tierra y el cielo nunca me podrían ser negados y ahora, lo son todo para mí. La fundación no lo comprende, por eso les mentí sobre los resultados que se darían a nivel emocional tras el cambio, pero realmente, ni yo los conocía. Por eso me ofrecí como voluntario -Bastos hizo una pausa y se acercó a una mesa para beber de un vaso y volvió a sentarse junto al arbol. -El mundo se forma alrededor de los más débiles; aquellos que menos comprenden su entorno más desean cambiarlo para su comodidad y lo afrontan de diversas formas... el miedo desapareció de mi mente cuando esta abandonó su cuerpo. No más heridas, no más incertidumbre. Nadie puede robarme el sol, el agua o la tierra. Todo lo que esperaría conseguir con mi trabajo, fama, poder o amor, no tienen ya cabida en mí. Mi trabajo representa el fin de aquello que nos hace humanos, y como tal, ya no deseo continuar con el.

Andrew se había quedado sin palabras. Quizás nuestros instintos sólo son un mecanismo primario dependiente más de las necesidades físicas que psíquicas... quizás su nuevo cuerpo había cambiado esas prioridades y no se había dado cuenta... -debe ser eso -pensó. Es probable que crea ser un dios entre los hombres; maldiciendo lo que fue, alabando lo que es y negandoselo al resto del mundo.

Se despidió Andrew del doctor después de que hubiera vuelto a ignorarle con una última pregunta:

-Puede que haya dejado atras su parte animal y la lucha por la supervivencia tal como cree, pero entonces, dígame, ¿Por qué ha podado los arboles más altos que usted?.