LA DEPREDADORA

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Claudia era rubia de ojos azules de un rostro muy hermoso y un cuerpo perfecto, de 1,70 de estatura, sus medidas 95 de pecho, 63 de cintura y 97 de caderas, con un cuerpo sublime a base de fitness, era una diosa, que despertaba los instintos sexuales más ocultos en los hombres y el odio y la envidia más furiosa en las mujeres. Pero ella tenía gran secreto, era multiorgásmica y tenía un problema de excitación enorme, parecía que tuviera un volcán en su interior.

Era día sábado y cuando el reloj daba las 21.55 Claudia salía de la ducha, se ponía su minifalda negra de cuero que dejaba redondito sus glúteos y su peto negro quien dejaba sus pechos ajustaditos y apretaditos, su chaqueta de cuero y sus botas negras que la dejaban lista para salir a cazar, tomando su motocicleta partió a la ciudad.

Las luces resplandecían en el club kalev el sitio más top donde los jóvenes se juntaban, al entrar al club, Claudia se dejó notar, pero ella, solo camino a la barra, pidió al barman un corto de tequila, limón y sal, como si se preparaba para la cacería,. El reloj se acercaba a la media noche y todo el mundo bailaba y bebían, pero Claudia del segundo piso contemplaba en búsqueda de su presa, al lado de la salida había un grupo de jóvenes que tomaban y conversaban, de la obscuridad aparece Claudia, que pasa por el lado del grupo y uno de ellos, moreno de ojos café, de cuerpo delgado que vestía pantalón café y camisa blanca, la mira y ella le devuelve la mirada, al instante deja al grupo y va detrás de ella.

Ella, apoyada en el muro, prendía un cigarrillo, en eso, se acerca su presa, quien se llamaba Jonathan, se miraron fijamente y sin mediar palabras, la tomo de las manos y se la llevo, bailaron y bebieron hasta que se fueron del local. Llegaron a un peladero a las afueras de la ciudad, pero al salir del automóvil de Jonathan, Claudia descubrió que era una destartalada cancha de futbol, Jonathan comentó -en esta cancha yo entreno, con mis amigos, soy futbolista que sueña en llegar a jugar en el extranjero- en eso llegaron a un viejo cuartucho al lado de la cancha y al entrar el, comenta-acá vivía un cuidador, pero ya no está-, en uno de las habitaciones había una cama, ella sabía a donde llegaba el juego, así que miro a Jonathan y él le saco su casaca y terminaron desnudándose el uno al otro, el tira a la cama a Claudia y la toma de sus piernas en posición carretilla y empieza a penetrarla y la movía con gran fuerza y gran movimientos de su cadera, Claudia gozaba y gemía en cada impacto que Jonathan le propinaba, pasado unas horas, Claudia se levantó de la cama a buscar su ropa y Jonathan le dice – porque no vuelves- ella. Le contesta- debo llegar a mi casa, pero si quieres el próximo sábado seguimos. Eran las 06 de la mañana y Jonathan dejaba a Claudia a fuera de una villa, la besa en sus labios y al despedirse le pregunta – a todo esto cuál es tu nombre- y ella le responde Michelle y Jonathan se fue, Claudia, no quería que Jonathan supiera su verdadera identidad, por eso mintió en su nombre y su vivienda, ella, camino por los pasajes hasta que en un peladero encontró su moto, se subió y se fue a su casa.

Habían pasado los días y Claudia y Jonathan se dirigían al cuartucho, pero al entrar fueron sorprendidos por dos hombres quienes golpearon a Jonathan dejándolo inconsciente, Claudia, trato de escapar, pero otro hombre le cerró la puerta y agarrándola de los brazos, empezaron a tocarles los pechos y a meter sus manos bajo su minifalda. Claudia que se encontraba desnuda con sus manos amarradas en la cama, miraba a los hombres desnudos con sus penes erectos, el líder le dijo –vamos a pasarlo bien muñeca- dos se abalanzaron contra ella, quien abrían sus piernas y la penetraban brutalmente, Claudia gozaba con gran pasión y sus gemidos se escuchaban cada vez más fuertes, los hombres se movían a la vez en su vagina y ano en doble penetración,, al terminar eyacularon en sus nalgas y el otro en su cara, el líder quien vigilaba a Jonathan, les dijo -es mi turno, así que vigilen- el, saco su gran miembro y dando vuelta a Claudia la empezó a penetrar por su ano, quien se abría con gran dificultad mientras el, la penetraba lentamente, Claudia quien apretaba los dientes, aguantaba el dolor, pero al llegar a la mitad de la penetración la metió con gran fuerza y ella lanzo un grito, mientras movía sus pies y el, la empezó a penetrar con rapidez mientras ella gritaba y él le tocaba sus pechos, al finalizar el líder pone su pene en la boca de Claudia y empezó a eyacular en su garganta, Jonathan quien despertaba del golpe, aprovechando que los violadores bebían junto a Claudia, tomo una pistola, que estaba en la mesa y baleo a los ladrones, rescato a su amada y se fueron.

Ya en el departamento de Jonathan se besaban y Jonathan le dice a Claudia – ahora debemos irnos, los amigos de los delincuentes nos buscaran hasta matarnos, debemos salir de la ciudad y de lo posible del país, tengo un amigo en Italia el nos podrá ayudar- Claudia lo miro y le dijo – ok iré contigo, pero, deja ir a buscar mi ropa- y él le respondió – anda, yo iré a incendiar el cuartucho para borrar la huellas- al salir del departamento, Claudia pensaba, que no quería irse con Jonathan, no lo amaba, además no era mujer de un solo hombre, así que tomo un teléfono público y en anónimo, delato a Jonathan con la policía, pasaron veinte minutos y la policía rodeo el cuartucho, pero era tarde, Jonathan se había quedado atrapado en el incendio que el provoco y murió calcinado.

A la mañana siguiente, Claudia se levantó, encendió el televisor donde se informaba sobre la suerte de Jonathan, se vistió, mientras abrochaba sus zapatillas, miro a la pantalla donde estaba la foto de Jonathan, apago el televisor, se tomo el cabello en una cola de caballo y dijo- otro día, otra aventura- y se fue a trotar.


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