La muerte acecha

Hace días que ya no sé nada

Me ha dejado solo, sin mi compañera

No volveré a oír sus bellas palabras

Que tanto saboreaba,  cuando las susurraba en mi boca

He perdido la esperanza de volver a verla

Imagino sus ojos, verdes  como la esmeralda

Palpo su piel, que sigue suave en mi fantasía

Todavía parece, que recorro su espalda

Pasan las horas y son como días

Estoy atrapado en tu constante recuerdo

No paro de preguntarme dónde estarás

Lloro tanto que mis llantos ya suenan secos

La espera se hace eterna y la angustia aumenta

La casa me atrapa con su silencio

Camino de un lado a otro sin sentido

Miro la puerta pero nunca se abre

Entonces, el teléfono  retumba

Escucho una voz frígida y desconocida

Me confirma lo que ya sabía

Es un hecho, no hay nada que hacer

Ella se ha marchado para siempre

Y yo, me resquebrajo como el hielo en primavera

Desaparezco  como el sol en la noche

Pero sé que algún día, yo, hundido en la miserable amargura

Volveré a sonreír y a brillar como antaño