Él,un chico introvertido,ella,una chica timida.
Se encuentran en una cafeteria,ambos separados por una mesa en medio vacia,son desconocidos ante sus propios ojos.
Varios dias despues se vuelven a encontrar,en esta ocasión,se miran.Él baja la mirada y sonríe timidamente,ella se toca el pelo.Pasan los días y la interacción entre ellos es siempre la misma.
Un día,ella no está allí.Él no puede evitar sentir un pequeño vacio en su corazón por su ausencia.
A la vuelta del super,él la ve paseando por la calle con algo con lo que no se había percatado antes,lleva un bastón,es ciega.Ella pasa por delante suya y el paralizado no logra actuar de ninguna forma ante lo descubierto recientemente,solo respira el dulce olor de melocotón que deja ella a su paso.
Una semana más tarde,se volvieron a encontrar en la cafetería,repitiendo el mismo ritual de ocasiones anteriores,pero esta vez a sabiendas de que ella era ciega,sabía que no lo estaba viendo y eso era equivalente a una puñalada en el corazón. Ella se levanta,agarra el bastón y se acerca a la mesa de él.
-¿Puedo sentarme?Dijo ella
Él que en ese momento estaba mirando el móvil,levantó la cabeza y para su asombro vio que era ella.
-si...sientate.Respondio el titubeante
Estaba nerviosisimo,no podía creerse que estuviera frente a frente con la chica que tanto miraba y deseaba.
-¿Cómo te llamas?
-Me llamo David
-Yo soy Marta,encantada de conocerte
Ella extendió su mano esperando el contacto de la de David,que con cierto grado de nerviosismo estrechó
-Llevaba mucho tiempo queriendo conocerte. Dijo ella sonriente
David pone cara de extrañeza y no duda en preguntar.
-¿Y cómo sabías que estaba yo aquí siempre?
Ella suelta una carcajada.
-Por tu olor,me gusta mucho.
David sonrie ante la respuesta de Marta,sin que en ningún momento dejen de mirarse.
Bajando el la mirada tímidamente y ella tocándose el pelo.
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