¡Sssshh! Silencio.
Que el invierno se está quedando dormido.
Van cerrándose poco a poco sus ojos,
y no le apetece hacer frío.
Se despereza,
estira sus largos brazos mientras bosteza,
se vuelve perezoso,
hace pis y se acuesta,
con su pijama dorado tejido con hojas secas,
un regalo del otoño,
que sabe que en su estación nunca se cierran las puertas,
y que corre la corriente y que, aunque no lo parezca,
el invierno se constipa cuando hace un frío que pela.
Descansa la cabeza en su almohada blanca,
de mullida y esponjosa nieve,
se acurruca,
da tres vueltas,
respira hondo,
sonríe,
porque nota su perfume,
le vuelve loco ese aroma,
le perturban sus colores,
es tan jovial tan hermosa.
Espera, antes de dormirse.
Su corazón se acelera,
¡Mírala! Por allí viene,
¡Ya llega la primavera!
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