Reencuentro con mi negra...

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Un día cualquiera te llame por teléfono, te pregunte que tal como vas., Quieres que venga a verte; Sí lo deseo. Esa contestación desato mi memoria, recordé su aroma, en mis dedos sentí la suavidad de su piel, oí con claridad su respiración, vi sus ojos mirándome desde arriba como solo ella es capaz y otra vez mi ansiedad me enamoró de ella, de lo próxima que estaba…para encontrarse entre mis brazos.

Allí estaba asomada al balcón esperando nuestro encuentro cuanto había pasado? Varios meses ya desde que nos vimos, por otros motivos, que no los que ahora nos ocupaban y llenaban nuestra mente…de ocultos deseos carnales.

Me recibió con una sonrisa como siempre, estaba mas hermosa si cabe, te encuentro mas delgada le comente y ella si dejar de sonreír, no contesto. Note que su sonrisa estaba cargada de una ligera tristeza en el fondo de sus ojos, la abrace y bese sus siempre sabrosos labios, la miraba a sus ojos y continuaba besando, a mi cabeza llegaban oleadas de imágenes de tiempos felices pasados juntos, no se que nos depara el futuro, pero en ese instante quería estar donde estaba, entre sus brazos.

Estuvimos en el salón, nos pusimos al corriente de nuestras vidas en este tiempo, seguíamos acariciándonos, besando, entre palabra y palabra, mis manos recorrían su cara acariciaban su pelo, su cuello, besaba sus ojos, mejillas y bajaba besando, me detuve en sus labios tantas noches recordados, otra vez estaba con ella mi corazón, mi mente y mi cuerpo estaba completamente entregados, a comer y beber de donde nunca debí apartarme. Dándonos la mano fuimos al dormitorio nos desnudamos sin dejar de mirarnos, nuestros ojos brillantes luminosos por la alegría y el deseo hablaron por nosotros y de forma satisfactoria, ya que nuestra libido crecía por momentos, entramos al baño nos aseamos y sin dilación nos metimos en la cama, que tantas horas y tantos momentos de felicidad nos dio.

Confieso que sabia donde tocar, donde besar, donde lamer…mi negra tu cuerpo era para mi como un libro de braille, para un ciego, podía estar horas recorriéndolo sabiendo en todo momento, donde iba a sacar tus mejores notas, que me enviabas en forma de gemidos, suspiros, y contracciones involuntarias de tus terminales nerviosas, tu cuerpo te delataba, sucumbías ante mis caricias, ante mis besos, y ante mi lengua, que jugo con tus generosos pechos, hasta que el deseo de saborear tu recordada humedad pudo mas que mi entereza, y fui a buscar a quién sabia que gozoso esperaba mi viscosa lengua…tu clítoris, generoso este día…y siempre, ya que el deseo contenido nos devolvió parte de ese voluntario ahorro de energía guardado.

Otra vez tu mirada, mientras sentada sobre mi me funde con ese fuego y brillo, otra vez me estremezco contigo…negra, que tienes mi amor que no ha pasado día que no te recuerde, ella se dobla mientras sigo dentro de su cuerpo y depositando un dulce beso, que me vuelve a transportar, por ese maravilloso mundo de sensualidad…ay¡ mi negra no puedo mas, y estremeciéndome convulsionado, descargo en su interior toda la carga sexual retenida dentro de ella, que me abraza hiriendo mis brazos jadeante me regala otro precioso orgasmo, y temblando me pide que no la suelte, apriétame mi amor, has desatado otra vez a esta mujer que día a día te ha esperado, sabiendo que volverías. Apretándola contra mi cuerpo mientras la besaba, le dije que realmente nunca me había marchado, ya que no fui capaz ni un solo día, de alejarte de mi mente.


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