Se ha creado una sociedad en el que se aplaude más al ladrón que al policía, un guión donde no se sabe quién es el bueno ni el malo, porque en muchas ocasiones es el mismo.
Una película donde existen demasiados directores y donde los actores de reparto, miran atónitos como las personas que reparten el pastel se lo comen y tiran las sobras a la basura.
Realmente son esos actores de reparto los que tiene el poder, pero unos ruedan el lunes, otros el martes y nunca se juntan todos, para poder hacer fuerza.
Es tal el miedo que sienten estos actores de reparto, que antes cobraban dinero y ahora se conforman con un bocadillo y un refresco, incluso se sienten unos privilegiados cuando se los dan.
Viven amenazados de que les quiten el bocadillo y esos actores de repartos, se sienten culpables, de la mala situación del rodaje.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales