La Venus de Urbino
Por reinaginebra
Enviado el 05/05/2014, clasificado en Amor / Románticos
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La Venus de Urbino
Anochecía. Todo relucía en la cámara para recibir al señor de la casa.
La espectacular y bellísima Venus aguardaba tranquila en el suntuoso lecho. Peinada y acicalada para la ocasión, se distraía con las flores que sostenía. Su perrillo dormitaba junto a ella.
Solo le faltaba el collar de esmeraldas, traído expresamente de las Indias por su amado para la velada de pasión.
En el fondo de la habitación sus dos doncellas se afanaban en encontrar el preciado presente, empero por más que rebuscaban en el arcón, no aparecía.
El rubicundo y travieso Cupido, que revoloteaba y enredaba por doquier, muerto de la risa, lo llevaba puesto. Que gracioso y tierno estaba el diablillo.
También tenía preparados sus dardos.
Cayó la noche y llegó el amante.
Al contemplar el suave e irisado cuerpo desnudo de su diosa, que refulgía más que la más preciada joya del universo, enloqueció de deseo.
La magia de la noche, así como las artes amatorias de tan graciosa divinidad, colmaron todos sus anhelos y ardores. Siempre triunfa el amor.
Cupido también disfrutó tirando sus flechas y agotándolas todas.
A la mañana siguiente un mensajero trajo un nuevo regalo, un collar de rubíes.
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