Red de Mentiras

–No es por ti, es por mí.

Esa fue la única explicación que le dio su novio, bueno, su ex-novio a Marta. Después de 3 años de relación la deja con esa estúpida y típica frase. Marta está destrozada ella se entregó completamente a él y ahora la ha traicionado, Marta siente que ya no puede confiar en nadie. Le gustaría, borrar de su mente esos 3 años y a su ex. Ojala, pensaba, pudiera empezar de cero o, como se le ocurrió más tarde, ser otra persona.

–¡Eso es!, podría ser otra persona .– se dijo a sí misma –. ¿Cómo no se me ha ocurrido antes?

Pensó que con esto de las nuevas tecnologías, sería muy fácil hacerse pasar por otra persona. Y así fue, en menos de lo que canta un gallo, Marta tenía un perfil falso en Facebook con el nombre de Anastasia García Guerrero, una toledana de 16 años morena de ojos verdes. Aquello fue coser y cantar, en aquel perfil era otra persona, una que no estaba destrozada porque el iluso de su novio la hubiera dejado.

Hizo un montón de amigos. Un año después, en aquel perfil falso, Marta conoció a Luis, un granadino de 19 años. Marta / Anastasia y Luis conectaron al momento, tenían en común un montón de gustos y aficiones. Hablaban sobre todo a todas horas, y de esta manera empezaron una relación.

Hasta que llegó el día que más temía Marta, Luis le dijo que iba a estar unos días en Toledo de viaje de fin de curso con su instituto y que quería conocerla. Marta no sabía qué decirle, en realidad ella no vivía en Toledo sino en Murcia. Pero como no sabía cómo decirle la verdad a Luis, le dijo que se verían en la plaza de la Constitución.

Luis esperó en aquella plaza durante horas, estaba muy enamorado de Anastasia. Pero ella no se presentó. Se sintió traicionado, cuando le preguntó a Anastasia por qué no se había presentado y ella como única contestación le dijo que era complicado, dejó de dirigirle la palabra.

Marta estaba preocupada por la reacción de Luis, no quería perderlo, contra su voluntad ella se había enamorado de él. Cuando hablaba con él el tiempo se le pasaba más deprisa y cuando no estaba hablando con él solo podía pensar en hacerlo.

Desquiciada y con miedo a perderlo decidió ir a Granada a contarle la verdad a Luis.

Marta estaba en la puerta de la casa de Luis cuando el mismísimo Luis salió por la puerta.

–Hola, ¿puedo ayudarte? .– le preguntó él a ella.

–Sí, en realidad quería hablar contigo .– le dijo Marta, nerviosa –. Soy Anastasia.

–Tú no eres Anastasia. – Luis no podía reconocerla ya que Marta había utilizado fotos falsa también.

–Sí, ya, bueno. Ese es le motivo por el que he venido aquí. Anastasia no existe, me creé ese perfil falso porque quería empezar de cero y ser una persona diferente. La verdad es que me llamo Marta y vivo en Murcia. Pero quiero que sepas que todas las cosas que te dije son ciertas y que al final me he enamorado de ti .– Luis se había quedado mudo –. Di algo, Luis.

–Así que todo lo nuestro ha sido una farsa.

–No, todo no. Sólo mi aspecto.

–Creo que es mejor que te vayas.

–Pero …

–Por favor, vete. Necesito estar solo y pensar.

Marta se fue, estaba destrozada y Luis seguramente también lo estaba, y esta vez todo era culpa suya. A la mañana siguiente, decidió ir a despedirse de Luis y a pedirle disculpas una vez más antes de volver a Murcia. Fue Luis quien abrió la puerta.

–Hola, Luis. Sé que no debería haber venido pero sólo quiero decirte que lo siento y que seguramente nunca me perdones. Solo quería decirte eso antes de irme.

Luis no contestó:

–Bueno, me voy. Siento mucho las molestias.

Cuando Marta ya se iba Luis la llamó.

–Espera, sé que lo sientes. Pero lo he estado pensando y yo estaba muy enamorado de Anastasia. Y ya que tú eres ella. Había pensado que podríamos intentarlo, por si funciona. Bueno si a ti te parece bien.

Marta, que no salía en sí de gozo, corrió hacia Luis y le besó.

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