Ser un enfermo terminal, de tuberculosis en aquel hospital.
No era nada raro lo raro era aquella tuberculosis resistente
a todo medicamento conocido, que le tenia postrado en aquella
cama casi mas cerca del otro mundo que de estè.
Aquella eminencia mèdica lo tenia dia y noche con analìticas.
Desde que estaba postrado en la cama, e inmunodeprimido( defensas bajas).
Tenia extrañas pesadillas donde se veia, luchando con sombras
extrañas, tenian caras humanas que nunca habia visto.
estàs sombras hablaban con èl y le contaban cosas de aquel hospital.
a veces no sabia donde estaba la frontera de lo real, y del sueño.
Solo deseaba salir de aquella cama, de aquel hospital.
Y no volver a ver aquellas sombras, que cada dia permanecian mas
en su sueños, y en su mente, y eso lo tenia preocupado.
Pasado algunos meses, las sombras ocuparon la mente de aquel
enfermo terminal de tuberculosis.
Una buena mañana aquellas sombras con caras humanas
fueron a visitar a aquel enfermo.
lo ayudaròn a vestirse, asearse aponerse la ropa nueva, que tenia
en aquel armario desde hacia meses,
Y se dirigieròn fuera de aquel hospital, segùn caminaba, iban
desapareciendo los muebles, las gentes del pasillo, hospitalario.
Y entraban en una enorme explanada llena de luz, donde habian
niños jugando.
Se llenò de luz su corazòn sabia que estaba en el cielo.
Mientras tanto en una sala fria de hospital, alguien firmaba
una acta de defunciòn, y echaba sobre la cara de
de aquel moribundo la sabana.
Alguien pensò ¡¡pobre hombre!! que vida tan
insignificante, sin familia
sin nadie que fuera a visitarlo, ni siquiera vecinos.
Bueno eso no era del todo cierto, aquel tuberculoso
siempre estuvo acompañado por sus sombras.
Esas nunca le dejaròn y lo acompañaròn hasta el final.
A veces nuestros angeles estan siempre con nosotros
y estos nunca nos abandonan, ni siquiera cuando estamos enfermos.
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