Yo crecí a la sombra de 100 héroes, sintiéndome inferior.
Caminé entre un río de gente en el que no importa si me ahogo,
busqué estar sólo en medio de la ciudad, y la logré.
Me siento a la orilla del mar y escucho las olas, pero no encuentro un significado.
Entre la noche y la luz de un televisor intento apagar las preguntas,
cuando una botella en camino de quedar vacía me besa los labios.
Si me acerco a una persona sólo puedo sentir la distancia entre nosotros:
Distancia de ideas, lejanía de pasiones, mundos entre razones por las que vale la pena morir.
Estoy cansado de la diferencia que no es infranqueable, pero que pocas ganas hay de cruzar.
¿Vivir es respirar?
¿Y si me alimento de morfina, mi vida sería menos monótona que inyectarme el trabajo de 8 a 5?
¿Y si adelgazo?, ¿y si engordo?, ¿Y si compro, vendo, regateo, me mutilo o sólo pretendo?... ¿Soy, dejo de ser, me transformo o sólo inicio otra vez?
10 días, 40 noches, y me pregunto.
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