Denunciar relato
Si en lugar de ir esa mañana a la joyería a recoger el dinero que teníamos guardado en la caja fuerte de mi oficina, y que habíamos ahorrado con tanto esmero durante años, le hubiera hecho caso a mi mujer y hubiésemos huido con nuestra familia, mi destino habría sido diferente. Uno se pregunta cómo va a morir y cuándo. Esperas que sea de anciano, mientras duermes, rodeado de tus hijos y nietos que te despiden llorando, pero a la vez tranquilos, porque saben que tu vida ha sido plena y que no has sufrido. Sin embargo, no siempre ocurre lo que uno desea.
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