Soy una masa corpórea compuesta de materia y células capaces de absorber toda mi vida en solo unos años.
Poseo glándulas capaces de decir todo lo que siento a pesar de que mi dermis lo impide, retrasando cada segundo de mi existencia según el tiempo que ella estime.
Son células, glándulas, venas, órganos que jamás han poseído la fuerza para poder escapar de la piel que me aprisiona.
A veces cuento uno, dos, tres e intento sacarlas desde mi interior para poder sentir lo que realmente soy.
uno, dos, tres nada.
En momentos de lucidez pienso que si alguna vez mis órganos, valiosos órganos lograran su cometido, sentiría una lástima profunda por ellos, pues sobrevivirían tan solo unas horas fuera del cuerpo y jamás lograrían demostrar su cometido.
Sólo restaría mi piel sobre mi alma, otra vez la dermis envolviendo lo que queda de mí.
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