Mi historia comienza cuando pude ver por primera vez el mundo exterior. No pasaban muchas personas por donde yo estaba, pero aun así era genial poder ver el mundo exterior. Claramente no era igual a los demás, yo tenía un tipo de parálisis severa, los demás se movían, jugaban y se divertían. Yo solo estaba quieto, seguía necesitando nutrientes para mi cuerpo, seguía necesitando agua, seguía creciendo, pero no me podía mover, mi parálisis también me impedía hablar.
Las personas eran muy buenas conmigo, unas me daban de beber y otras me alimentaban con frutas algunas veces, nunca me falto nada. A algunas personas les gustaba mucho que yo estuviera ahí pues decían que era algo necesario y hermoso. Pasaron los años y pude ver a varias personas que Iban y venían con los años, muchas muy amigables y otras no tanto.
La vida era hermosa, disfrutaba cada momento del día y la noche, cada tarde de verano y cada madrugada de navidad viendo a los niños estrenar sus juguetes nuevos. No me molestaba el hecho de que yo no pudiera jugar con ellos, al contrario, me encantaba verlos felices, verlos jugar y verlos crecer con el tiempo. Disfrute cada momento de mi larga vida.
Supe que era mi fin meses antes de que éste llegara, escuchaba rumores de la construcción de un centro comercial en el lugar en el que yo estaba. Los últimos días los disfrute aún más, sabía que venía mi fin y no podría hacer nada. Algunas personas se oponían a que se construyera el centro comercial, al parecer les gustaba que yo estuviera ahí. Ninguna de sus protestas tuvo éxito.
Lo último que recuerdo es ver a un sujeto venir a mí con una sierra eléctrica, pude sentir como me cortaba en dos, me dolió un poco, pero me preocupaban más las personas que dejaría, no sabía si me extrañarían o si necesitarían de mí. Supongo que ahora están mejor, supongo que no me necesitan para vivir o para respirar como ellos decían.
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