Denunciar relato
Desplazo con lentitud su mano por el bolsillo trasero, levanto la cabeza y en un acto casi bíblico, la abrió. Con paciencia sobrenatural, recogió un manojo de billetes, que tiro con las tenazas de sus dedos. Sin dejar de sobajear a modo de conteo, observo a la puta con seriedad.
El misterioso viejo, sin tranzar dialogo, pago su menester y desplego su bastón, camino a la puerta del prostíbulo, hizo un ademán, se instalo los lentes negros y camino raudo hasta perderse en la infinidad
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