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NON NOMINATUM
Era el andar, el caminar sin rumbo
sin saber ni preguntarse a donde .
A merced del azar o del destino
como un náufrago desterrado al infinito.
Las catorce estaciones del calvario
arrastrando su cruz, pasó de largo.
No tuvo acompañantes, siempre solo,
como un paria, un leproso, un impuro,
un cadáver arrastrado por gusanos.
No quedó ni el recuerdo de su nombre,
de su mísera existencia, ni una tumba,
pero sé que existió, que tuvo vida,
que fue niño y quizás
hay alguién que lo amó y no lo olvida .
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