Carmen me comento de ir pronto a casa, para descansar, ya que la mañana había sido movida. Ya hacia un par de semanas que me mude al piso que Carmen, que a su vez compartía con una de las chicas de la noche, si vengo conteste, que esta morocha de Yesy, me ha cargado bien, le dije guiñándole un ojo, ella salio andando para el piso y después yo detrás, avisando, que si había algo llamarme voy para casa, Carmen y Laura eran pareja y nadie pensaba nada malo que me fuera con ella, solo Laura me guiñaba con un gesto de complicidad.
Hola Carmen ya estoy aquí grite¡, ahora salgo, estoy en la cocina con una sorpresa¡¡, que será pensé igual algún body o conjunto de lencería nuevo, marche hacia el salón que tenia el aire acondicionado y ese final de junio estaba apretando el calor; Ya hacia unos días que me cogía a Carmen ya que se ponía caliente con Laura, siempre se quedaba bien, pero decía que le faltaba un buen pene caliente para culminar la fiesta, y Laura estaba complacida de que la cogiera, cosa que era frecuente ya que salía cachondo del trabajo y Carmen tenia clase y un buen cuerpo atlético y voluptuoso, ambos nos ayudábamos sin complicarnos la vida sentimental, Carmen salio con un zumo de tomate y dijo, como a ti te gusta tabasco pimienta y sal, ahora me voy al centro, tu regalo lo he dejado en tu habitación luego te llamo.
Allí estaba yo quieto en el salón, con el vaso en la mano sorprendido de que ella se marchara, en fin tendrá que hacer pensé mientras bebiendo me dirigía a mi habitación, solo un milagro evito que el zumo fuera al suelo, aturdido apoye mi espalda en la pared sin apenas poder contener el vaso...Dios¡ Yesy que haces aquí¡?, dejando el vaso me acerque hacia ella y estrechándola en mis brazos me fundí en un abrasador beso, lleno de pasión, sentía su respiración agitada y me separe de ella para sentarme a su lado, como es pregunte, ella dijo que quería estar conmigo y le pidió a Carmen que facilitara este encuentro en tu casa, para poder pasar la noche juntos ya que Carmen va ha relevarte esta noche y podemos estar solos hasta mañana.
Levantándose dijo espera un momento ahora vuelvo dirigiéndose al baño, yo acabe el zumo y recostándome espere que ella volviera, cierra los ojos exclamo yo obedecí mientras mi miembro comenzaba a hincharse gracias a mi imaginación...Señor¡¡ que corta mi fantasía, cuando la vi algo en mi cambió, pero frente mío estaba el ser mas bonito maravilloso y sensual que mis ojos habían contemplado, con una bata de satén color blanco, dejando traslucir un pequeño tanga color negro, bajo un mini ligero sujetando unas deliciosas y sugerentes media negras, arrebatadora era su estampa, parecía salida de un desfile de modelos, de lencería fina.
Como pude y todavía sin bajar como de una nube, me acerque y empecé a besarla por sus labios, no acabe mas abajo, por que me dijo tranquilo ves a ducharte te espero. Fui al baño me di una ducha fría para bajar el calentón y lo único que conseguí fue reactivar mas la sangre y que mis venas y vasos sanguíneos se dilataran, a punto de reventar mi miembro, salí con la toalla rodeando mi cintura, donde se marcaba el estado de mi entrepierna, mi cuerpo atlético había ganado kilos y potencia en estos dos meses, se marcaban unos considerables músculos, con mi torso desnudo, no que fuera un adonis, pero mi aspecto duro no dejaba indiferente a las chicas.
Recostada en la cama de costado, con una pierna sobre la otra, espero que me sentara a su lado y sin mediar palabra se abalanzo sobre mi, estuvo besando mi epidermis, una y otra vez, con la punta de su lengua empezó lamiendo mis pezones, continuo lamiendo mis abdominales, hasta que lentamente llego a mi glande, mi deseo era acuciante de que llegara a mi erecto pene y saboreara su plenitud dentro de su boca, había soñado tantas veces con esta situación, por fin¡¡ llego y como una sucesión de caricias fue masajeándolo, empezaba a sentir largas punzadas de placer y encogía mi esfínter, a modo de retrasar lo mas posible mi venida, era una locura de placer la que en ese momento me invadía.
Cuando Yesy noto mis contracciones, con la boca me coloco el preservativo y cambiando de postura se sentó encima de mi verga, rozando el glande por sus labios mayores he introduciendo y sacando la cabeza en repetidas ocasiones, nuestros jadeos y gemidos eran constantes yo la hablaba en susurros recordándole lo hermosa que era y como me ponía, estas palabras eran afrodisíacas para ella, porque nada mas escucharlas de mi boca, con la gravedad de mi voz que tanto la ponía se la introdujo de golpe con un buen movimiento de cadera, hasta el fondo iniciando una larga cabalgada, al unísono no movíamos acompasadamente dándonos besos haciendo caricias y agarrándola bien por sus generosos glúteos inicie una carrera desenfrenada llena de palabras, gemidos y pequeños gritos de placer, que uno y otro lanzábamos mientras nuestros cuerpos sudorosos se fundían al unísono, las contracciones de nuestros cuerpos eran continuas y sacudidos por la mas intensa sensación de placer estallamos, en un lecho húmedo mezcla de sudor y secreciones corporales, que nos vinieron, sin parar de gemir y gritar toda clase de palabras, saque el condón con cuidado y caí a su lado con la respiración acelerada.
ella se fue al lavabo y volvió al momento después de darse una rápida ducha y mojada como estaba se volvió abalanzar sobre de mi, sedienta de amor, dándole besos por toda su epidermis la recosté en la cama y con las piernas abiertas, apoyada sobre sus pies en la cama, fui bajando paseando con la lengua, por sus ingles, el ombligo y su monte de Venus, pasados unos minutos y notando a través de mis dedos sus contracciones y ansias, para que introdujera la lengua y buscara su clítoris. Como un pez vivo, mi lengua resbalo y salto por su interior más sensible, acariciando su punto erógeno mi legua inicio un baile rítmico, incansable, mientras con dos de mis dedos acariciaba su punto G, el movimiento de su pelvis acompañaba mis caricias, la sincronización era perfecta, unidos sus movimientos a los de mis dedos, sin dejar de mover mi lengua en su clítoris se vino en mi, hundido como estaba en su húmeda zona, mi cabeza presionada por su incontenible deseo sexual, sentí las sacudidas y los gemidos, y la fuerza de sus contracciones. Para mi era música celestial ya que estos gestos significaban su agradecimiento al placer conseguido.
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