El gobierno es como un tetero que se le da a un bebé, uno tan hambriento que, aún cuando se le acaba el líquido que contine el mismo, quiere que este se le vuelva a llenar. Lamentablemente nosotros somos los que aceptamos que el tetero sea rellenado, y más aún, que el mismo siga existiendo. A veces también aceptamos que el tetero sea más grande, para que el bebé se llene más, y aún así parece ser que este bebé nunca se llena, que simpre está hambriento.
Bien es cierto que necesitamos un gobierno, uno que administre los recursos de la nación y logre invertir en el estado para su desarrollo, pero muchas veces esto se queda únicamente en las diferenbtes constituciones de las naciones, y a la práctica se lleva en contadas naciones, que hoy por hoy, son las que lideran el "progreso de la humanidad". También se necesita de un gobierno preparado, no uno que salga parcializandose hacia determinado grupo de personas, o con unos determinados ideales excluyentes, racistas, etc., sino un gobierno que incluya, que logre afianzar la confianza entre el pueblo y ellos mismos, asegurando transparencai absoluta en su mandato, siendo remunerados de una manera justa y nada más.
Uno que logre crear oportunidades para todos, que sea justo en cuanto a los impuestos. Que busque la máxima felicidad posible de sus habitantes.
El mundo debería estar bajo un solo gobierno, uno que fuera de los filósofos, aquellos que de verdad se dedican a pensar sobre las cosas, que pueden aplicar su lógica a la sociedad, y lograr un buen sistema, uno mucho mejor que la llamada democracia.
En la verdadera política los intereses personales deben estar subordinados a los intereses del colectivo.
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