Me he dado cuenta, que en esta vida,
uno tiene que pagar, por cada conocimiento
nuevo y muchas veces el pago es doloroso.
Uno empieza por perder la inocencia, después
se pierden aquellos maravillosos sentimientos
del primer amor, se olvida la esperanza de
que los hombres renuncien a la locura, esa que
esta matando nuestro mundo, un día la rebeldía
se transforma en una insoportable resignación.
Llega un momento en el cual, ya no se sabe
diferenciar entre el bien y el mal, la pasión de
las ideas se desvanece en el limbo, acompañada
de la fuerza y de la belleza y así tantas cosas,
a las cuales uno debe renunciar en pos del saber y
de la verdad, cosas que un día fui y que deje de
ser, pero siempre dejando en ello, un trozo de mi
corazón y de mi alma.
Tantos que, ya casi nada me queda, aunque lo peor
es que, no me convertí en sabio, solo en un iluso mas.
Ahora se que ser sabio, no es tener grandes y
profundos conocimientos, ser sabio, es saber ser
feliz a pesar de ellos.
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