Gota del destino

La gota de agua cayó del vaso agitado hasta el duro suelo para expandirse, de pronto cayó otra gota más que acompañó a la primera y al juntarse dos hicieron un charco mayor, posteriormente se precipitó otra, luego otra más y así sucesivamente.

Poco tiempo después pasó por allí un tipejo, que tuvo la mala suerte de resbalarse con aquel charco y caer de boca contra el pico oxidado de aquella vieja puerta, debido al impacto se partió la nariz.