Posdata: te quiero

Posdata: te quiero

Ahora que estás lejos he pensado en escribirte, en escribirte unos últimos versos. Ya sé que hemos malgastado todos nuestros caminos, que si quisiéramos volver, sería imposible porque estamos totalmente perdidos. Perdidos entre miradas y caricias, sonidos de amor al anochecer, besos que se escapan por las prisas. Nuestro propio miedo de no ser capaces de mirarnos cara a cara, porque entonces no existirían palabras para tanto amor mal invertido. Y yo trato de invertirlo contigo en esta carta, resumirlo todo en cuatro versos y encerrarlo de por vida en estas cuatros paredes del sobre de tu carta.

Camina con paso firme por la vida, que el viaje que has escogido es largo. Quizás lo consigas recorrer en 80 días, así como fueron las 80 vueltas que diste a mi cuerpo antes de preparar tu huida. Quítate esa venda de los ojos que está marcada por el miedo y quítate el orgullo que llevas en las pestañas, que aun se mecen muy rápido al mirarme. Calla la razón y escucha el corazón que aun loco e impulsivo siempre me seguían por todos los caminos de mi cuerpo, que un día fueron tu perdición.

Y ahora soy consciente de que cuando me levante, tú no estarás junto a mí. Y no quedarán más proyectos en nuestras vidas que tenga un lugar para un nosotros.   Lo ves… ¿qué queda del amor? El viento me susurra tus pasos alejándose de mí. Lo siento, te he pensado, con lo poco que tú piensas en mí. Y es que debía escribirte… Que baile una vez más en tu memoria nuestros encuentros. Y escribirle a nuestra historia unos últimos versos, que dejan el final de esta carta, resumiéndolo todo en una corta posdata: te quiero.