Hoy me duele la cabeza
de ser yo,
de ser yo mismo,
de no ser nadie.
Las mentiras pasan rápido,
pasan rápido por el corazón,
dejan su huella en las orillas,
pero no hay olas que las borren.
Mi vida es una lucha,
una lucha constante.
Una lucha contra mí mismo
y no estoy seguro de ganar.
Ni siquiera estoy seguro de participar.
Me siguen golpeando,
me flagelan,
me derrotan
una y otra vez.
Me intento levantar,
pero no me dejan,
Me golpean en el suelo,
me humillan y se ríen.
Y miro alrededor
y no veo a nadie
y miro en mi interior
y tampoco veo a nadie.
Y el mundo sigo rodando,
y sigue sin esperarme.
Y los pájaros siguen volando
Y parecen más lejos desde el suelo
Y más oscuros desde mis ojos.
Y el mundo sigo rodando
Y sigue sin esperarme.
Sin esperarme a que me levante.
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