Denunciar relato
El taxi discurría rápido entre las calles estrechas, parecía burlar a la ciudad con sus semáforos, atascos y señales, las grandes avenidas tan solo servían de puentes hacia otras callejuelas, las cruzábamos ágilmente, pasando a escasos centímetros de coches que esperaban al lento ritmo de la hora punta, rápido los dejábamos atrás adentrándonos en nuevos paisajes poco iluminados y casi inhabitados, de repente un giro y al fondo estaba mi casa, una sonrisa se dibujó en mi cara.
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