Denunciar relato
Las gotas caen de manera incesante pero ella ni se inmuta, parece no temer que éstas se lleven los besos y caricias que por ahora están impregnadas en su piel.
El agua es fría ¡sí! Pero a ella le reconforta, la abraza y hace sentir acompañada, de manera automática y sin permiso alguno recuerdos se instalan en su mente, las lágrimas ya no son reprimidas, simplemente se pierden en su camino.
Espera solitaria sentada en aquella banca que algún día compartió con alguien más, pero no, no tiene miedo, a sabiendas que el recuerdo de su amor poco a poco se desvanece, segura está que pronto volverán más lluvias de julio pero esta vez con aroma a él.
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