Denunciar relato
De tanto escribirte versos, me he quedado sin palabras, por pretender ser dueña de tu corazón, hoy no sé qué hacer con el mío, por anhelarte en cada despertar, ya las mañanas me dan miedo, por conocer tu rostro a la perfección, ya te veo en todas partes.
Pero ¡Tranquilo! Pues bien sabes que cuando tú vuelvas, podrás nuevamente escuchar las palabras que hoy están reprimidas, nuestros corazones latirán al unísono, tendremos un amanecer para los dos y seguiré dibujando en mi mente ese rostro por el que hoy mi esperanza se alimenta.
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