Alejandra cap 6

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VI

Cuando llegué a la casa de Alejandra golpeé la puerta y espere a que alguien me abriera, enseguida me abrió Alejandra, pero no era la misma que había visto el día anterior, su cara era más seca, no se había arreglado, y parecía que tenía algún problema así que decidí abrazarla, pero ella no se dejó , enseguida le dije:

-Hola ¿te pasa algo?

-Nada

-¿segura?

-Sí, segura

-Entonces… ¿Por qué no fuiste hoy a clases?

-Estoy enferma

-¿Qué tienes?

-Gripa

<< ¿Gripa?... no puede ser su cara no está pálida, su nariz no está roja, y se ve muy saludable, debe ser por otra cosa, pero ¿qué será?, ¿será que no quiere hablarme?, ¡demonios es muy seca!, no es la misma Alejandra que me habló ayer, con la que me reí tanto y mucho menos es la Alejandra que bese ayer>>
-Y ¿ya tomaste algo para la gripa?

-Sí me tomé un medicamento que me trajo mi papá ayer y creo que amanecí mejor

-Pero, ayer no estabas enferma…

-A cualquiera le puede dar gripa, ¿no? -  me dijo de una manera seca, como si estuviera brava conmigo

-¿Estas brava conmigo

-¿Por qué debería estarlo?

-No sé, dime tú

Decidí cambiar el tema de conversación, debido a que seguramente terminaríamos enojados.

-¿Cuándo te vas para Medellín?

-No sé, creó que la otra semana

-y ¿cuándo vuelves?

- Hasta el otro año

-¿Me escribirás?

-si tengo tiempo

-¿Cómo así, que si tienes tiempo?, eso es un más no te escribiré, es como un simple vete al carajo, ¿Eso quieres decir? 

-La vedad, sí

-¿Qué?, ¿piensas dejar lo nuestro así?

-¿Dejar que?, ¿Cómo dejar algo que no ha iniciado?

-Pero…

-¿Pero qué? – interrumpió bruscamente

-Pensé que me querías- dije tristemente bajando la cabeza

-Iluso

-¿Y la carta?

-¿Qué pasa con la carta?

-Pensé que lo que decías ahí era lo que sentías por mí

-¿Sabes que Edward?... deja así, no pasó, no pasa ni mucho menos pasará algo entre los dos, ¿entiendes?

-Sí – dije sin hacer más preguntas, o continuar la conversación

-¿Eso era todo?

-Sí… o eso creo

- ¿Crees?

-Sí… creo

-Está bien, si no hay nada más que decir mejor te dejo, tengo que adelantar mis cuadernos

-Sí

Cuando iba a cerrar la puerta observe una lágrima que caía por sus ojos, pero no hice más preguntas, estaba impresionado por esa conversación que habíamos tenido. Decidí irme a un billar que estaba como a dos calles a beber unas pocas copas, el lugar era muy agradable era una casa entera mesas de billar europeas, tanto de pool como de tres bandas, en la esquina derecha del segundo piso había una mesa con un barman, así que me dirigí hasta donde estaba aquel barman, él no me conocía, pero todos los chicos del colegio se dirigían ahí a tomar y a jugar, así que fue rápido reconocer el uniforme del colegio. Cuando llegué donde estaba el barman, vi que unos tipos de mi salón estaban jugando, pero hice caso omiso y me senté, le pedí al barman media de aguardiente, y él me la sirvió acompañado de maní y una copa de vidrio.

Cuando mis compañeros de salón me vieron, susurraron, preguntándose por qué me encontraba yo en ese lugar, entonces uno de ellos se me acerco

-¿Qué hace acá?

-Nada, bebo un poco

-Pero, usted no viene acá, y mucho menos viene a beber media de aguardiente solo, entonces, ¿Qué hace acá?

-Desamores- dije bajando la cabeza

-Pensaba, o bueno todo el mundo pensaba que usted no era de los que sufrían por amor, la verdad todos pensábamos que se preocupaba más por el estudio que por cosas tan estúpidas como el amor..

-¿el amor es estúpido?

-Claro parcero, es un sentimiento que lo hunde a uno, y hace que nos humillemos nosotros mismos, haciendo que hagamos cosas que nunca pensamos hacer, como comprar rosas, aplicarse colonias caras, vestirse adecuadamente para una ocasión, eso es lo que les gusta a las viejas, pero haga caso omiso a esas cosas, en cualquier momento le pasa a uno y con las personas que menos piensa, igual lo único que debe hacer es seguir adelante y no pensar más en esa china, como dicen vibra positiva ¿no? entonces que dice… ¿Quiere jugar billar?, yo pago

-Hágalo entonces

Decidimos que el que perdía gastaba el “chico”, así que cuando empezamos a jugar, empecé jugando mal, debido a que hace mucho no jugaba, la última vez había sido en un viaje al eje cafetero, debido a que el hotel tenía un salón de juegos con tres mesas de billar, pero luego de haber recordado como jugar, recupere mi juego tan rápido que alcance a ganarles, ellos pagaron el chico y cada uno se dirigió a su casa.

Luego de ese momento cambié drásticamente deje de pensar en el amor como algo importante, pero sobre todo deje de pensar en aquella persona que me ilusiono tan rápidamente y me botó rápidamente como si fuera cualquier objeto.


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