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Aquella pequeña oruga resultaba completamente repulsiva para todos, pues su aspecto no era agradable a la vista y en general la vida de aquel pequeño insecto no resultaba interesante. Sin embargo, un día se envolvió en un capullo creado por ella misma y al tiempo salió de allí, convertida en una preciosa mariposa, tan majestuosa y pura que todos aquellos que sintieron repugnancia por ella ahora sentían envidia y sobre todo perplejidad por el hecho tan asombroso de que de algo tan horrendo pudiese dar como resultado un ser tan bello, cuya belleza sin embargo sería equivalente a su periodo vital, semanas, tal vez meses, en cualquier caso será efímera, pues cuanto mayor es la intensidad de la llama antes se disipa el fuego.
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