Es el espacio que concentra
Que retiene, concibe o libera
Que te calma y te revienta
Y puede asomar cualquiera
El de tender la mano al amigo
Y ofrecer calor a un recuerdo
Donde esquivar la piedra del enemigo
Y sopesar por qué, si eso, ha muerto
Es la hora del día que pone sitios
Albergando otros tan dormidos
Donde formulas armisticios
Para poder seguir erguido
Junto al humo del cigarro
Revolviendo cimas y desiertos
Sólo o con azucares de barro
Lugar para el café de los recuerdos
Donde, sin mirar a los ojos
Entre el velo de cada bocanada
Se amagan algunos sonrojos
Y degustas tus mejores jugadas
Los diez minutos más imparciales
Donde no rehúsas ninguna voz
Donde los daños son reales
Y las heridas no vierten dolor
Donde no importa qué café
Ni importa, incluso, si está bueno
Donde sólo importa ese espacio de fe
Donde tu mente suelta el freno
El ratito donde me expongo
Al camino que queda atrás
Donde mi mundo reformo...
...Donde tantos me han de juzgar
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