Dos pañuelos de seda

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Te espero impaciente, sé que es pronto todavía y que falta un rato para que llegues, pero yo ya te espero, me he duchado y me estoy impacientando.

Llevamos 10 días sin vernos y es mucho para mí. En este tiempo he pensado mucho, lo he soñado tantas veces, lo he imaginado con tanto detalle que quiero que estés ya aquí para llevarlo a la práctica.

Llegas puntual, como siempre, me saludas con un húmedo beso en la boca y recorres mi cuello a continuación, yo ya tengo mi respiración acelerada y te digo bajito que esta noche va a ser diferente.

Abro el cajón de mi mesilla y saco 2 pañuelos de seda, tu desde que has entrado no has parado de abrazarme y besarme, ya estamos casi desnudos los dos.

Te pido que me sujetes las manos al cabecero de nuestra cama y que me vendes los ojos, ya estoy desnuda por completo y dispuesta a recibir todo lo que me quieras dar.

Tú también estas desnudo, comienzas besándome la frente, los ojos por encima de la venda, cada mejilla y me das un largo beso en la boca, continuas por el cuello y me das mordisquitos en los lóbulos de las orejas, me conoces bien y sabes que eso me vuelve loca yo me retuerzo de placer, despacio disfrutando cada beso cada caricia tu respiración que ya hace mucho que también es entrecortada.

Continuas tu camino hacia abajo, me lames y masajeas mis pechos, yo intento desatarme para poder acariciarte y poder tocar tu sexo que lo noto caliente, duro cada vez que me lo acercas, me lo ofreces abro mi boca y lo tomo con mucho gusto, das gemidos de placer y me lo acercas cada vez más dentro, decides parar, tú también quieres probar mis mieles, te entretienes unos momentos en mi tripa, al rederos del ombligo y cuando estoy muy húmeda me tomas mi sexo, despacio saboreándolo haciéndome gemir de placer, lo haces despacio a veces y otras más deprisa noto que si continuas así me va a llegar el primer orgasmo de la noche, y efectivamente no tarda nada en llegar, tu continuas como si nada vuelves a mi cuello, mis orejas y mis pechos, los muslos que están tersos tú también estas disfrutando, vuelves a bajar a mi sexo y lo lames, lo besas yo te pido con la voz entrecortada que me penetres que necesito tu sexo en el mío y te haces poco de rogar, entras sin presiones con la facilidad que da la mucha lubricación que tenemos, me desatas las manos para poder movernos mejor, que placer nos movemos unidos al ritmos que nos dicta nuestro latido cardiaco, a veces rápido y otras veces lento, ya llega de nuevo tú también estas muy excitado y en un frenesí rápido de gemidos nos corremos a la vez.

Estamos cansados, pero no agotados, ahora me toca a mí disfrutar de ti. Te ato las manos al cabecero y te vendo los ojos. Te beso en la boca, pausadamente, disfrutando de ti, continua con tu cuello y los lóbulos de tus orejas, te paso mi sexo húmedo por tu sexo, pero no permito que me penetres todavía, tenemos mucho que disfrutar, bajo por tus pezones están duros los lamo con gran intensidad, comienzas a revolverte en la cama, quieres desatarte pero no puedes, continua bajando, cojo tu sexo con mis manos y lo lamo poco a poco, primero el prepucio que empieza a chorrear y después sin previo aviso me lo meto entero en mi boca, comienzas a gemir, y me pides que te deje penetrarme, continuo como si no te hubiera oído, cuando estas apunto de correrte paro en seco y gimes más, vuelvo a empezar, sin darme cuenta te has desatado las manos y con un movimiento rápido me echas a la cama, vuelves a tener en control de la situación, sabes que eso me encanta, sin previo aviso me pongo a cuatro patas y me penetras hasta el fondo doy un grito de placer y tú no dejas de moverte de entrar y salir cada vez más rápido, cada vez más fuerte, yo grito de nuevo, no de dolor de puro placer porque me he vuelto a correr, tu continuas, notas mi orgasmos en tu sexo, has notado la presión y ahora la gran humedad que cae por la cama, pero tú tienes más para mí, sales de mis entrañas y me vuelves boca arriba, lames mi sexo una y otra vez te encanta y te encanta verme sentir placer, estoy como enloquecida, te pido una y otra vez que me penetres que me vuelvas a penetrar, pero ahora sí te haces de rogar, yo cada vez estoy más excitada, mi sexo late sin control, me dices que vuelva a ponerme a 4 patas y ahora penetras mi culo que se ha humedecido con la lubricación de mi sexo, grito de nuevo, no me puedo creer tanto placer y en dos sacudidas te corres dentro de mí y a continuación lo hago yo, esta noche hemos terminado agotados, nos quedamos dormidos y abrazados, hasta que la mañana siguiente en la que el sol nos da los buenos días.


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