La realidad

Abro los ojos, nuevo día, los rayos del sol entran por la ventana. Día esplendido para pasear, ir de compras, estar con la familia. Bajo las escaleras, Amanda ya tiene preparado el desayuno, tortitas con nata y sirope de fresa (vivan las calorías). 

 Con la taza de café en la mano me dirijo a la puerta de entrada, abro, observo a mis vecinos, uno regando el jardín, otro limpiando el porche, un chico con una bicicleta por la calle, acercándose rápidamente, sonriendo, la mano izquierda en el manillar la derecha atrás, saca algo de dentro de una bolsa que lleva colgado en diagonal en el pecho. Lo lanza con fuerza en mi dirección y.... La realidad en toda la cara.