Toc toc sonó la puerta y al abrirla, el estaba parado allí, era alto, de cabello negro y ojos profundos. Ella lo esperaba como habían acordado después de conocerse en una página de encuentros casuales. Le había costado decidirse, pero la manera en que hablaban la hizo desear, atreverse, al final la vida es una sola, como le había dicho una amiga en una ocasión. Ella era blanca, rubia y de ojos ámbar, llevaba como habían acordado, solo un brasier y un liguero negro, lo que dejaba ver su vagina, en medio del encaje del liguero.
El la abrazo fuertemente para que sintiera su pene, erecto y duro, pues ya venia encendido por la idea de la aventura, mientras la beso en una mezcla de pasión y dulzura. Ella enseguida se sintió húmeda.
La agarro por la cabeza y la hizo arrodillarse mientras sacaba su pene para que ella lo lamiera. Estaba tan duro y jugoso, que lo lamia y lo metía en su boca mientras el la agarraba por el cabello. "Que rico sabe" pensó ella, su boca se hacia agua igual que su vagina a medida que lo saboreaba. De repente el dijo "basta" y la obligo a tumbarse en la cama, "el amo soy yo y harás lo que te pida", en medio de su excitación y sus ganas de ser poseída ella solo asintió, tenia tanto tiempo deseando tener buen sexo, ser dominada, penetrada.
Ella quería seguir saboreando aquél delicioso pene, pero el tenia otros planes, además lo hacia tan bien que el no quería acabar aun. Así que con ella acostada, el quito su brassiere y comenzó a acariciar sus senos que ya estaban duros por la excitación, mientras comenzó a tocar y humedecer su culo.
De repente comenzó a meter sus dedos, ella estaba cada vez mas mojada, mas caliente. Luego el saco un vibrador del bolso que había traído y lo introdujo con suavidad, moviéndolo poco a poco, ella sentía que en cualquier momento iba a explotar.
Luego el saco unas vendas y la ato a la cama, "hoy soy tu dueño", y comenzó a lamerle su sexo mientras seguía moviendo el vibrador, su lengua era suave pero firme, explorando todos los rincones de su vagina, que cada vez estaba mas mojada. Ella no quería hablar, solo sentir, nunca había estado tan húmeda y después de un rato se sintió ansiosa de ser penetrada, el se dio cuenta pero no lo hizo.
"Quiero que me veas masturbarme", y se incorporo en la cama mientras se tocaba encima de ella, eso le pareció tan excitante, siempre había querido ver a un hombre masturbarse y el lo hacia de una manera tan sexy, que la hizo querer ser penetrada por ese miembro que se ponía cada vez mas duro, el por fin entro en ella tomándola suavemente pero con fuerza, ella sintió todo su cuerpo estremecerse y mientras el la penetraba, seguía moviendo el juguete en su ano. Todo era divino, mejor que como ella se había imaginado.
Lo disfrutaba tanto que ya no pudo aguantar más y tuvo un delicioso orgasmo que mojo todo el sexo de el y hasta la cama. El la siguió y se corrió dentro de ella, mientras la besaba apasionadamente en los labios.
Quedaron así, tumbados en la cama, el la desató y se despidió, al cerrar la puerta ella por fin hablo "este es el mejor sexo casual que he tenido".
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