UN DILEMA IRRESOLUTO
Yo no creo, pero el respeto a la opinión ajena, me obliga a reconocer que hay gente que no piensa como yo y por supuesto para ser coherente con mi no creo, a aceptar que hay gente que cree en cosas que yo no creo. Esto no significa de ninguna manera que yo justifique o acepte esta diferencia, todo lo contrario el hecho de reconocerla me obliga a ser honesto y decirles que están totalmente equivocados, o por lo menos rebatir los argumentos que esgrimen en su defensa. Cuando remarco creer es porque este es un elemento subjetivo, que no tiene una explicación racional, el pensamiento que se fundamenta en ello es una justificación retórica de un prejuicio. Si mi tío Cachila no me hubiera dicho esto, yo estaría creyendo en las luces malas. Pero a partir de entonces, comencé a replantearme todo lo relacionado con la fe, no a negarlas por un acto de fe hacia las palabras de Cachila, sino a construir mis opiniones a partir de lo científicamente comprobable. Pero
esta pretensión de tener una opinión correcta, se enfrenta con la realidad de la pobreza de los conocimientos con que pretendo construir mi razonamiento. ¿ Y entonces ?...
Entonces tengo que nutrirme de ellos y recurrir a los hombres sabios. Pero sabés una cosa, yo no creo en nadie.
neco perata
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