EL SEXO ESTÁ SOBREVALORADO.

El sexo está sobrevalorado. El placer no reside en la explosión del volcán, sino en el proceso previo.
Cuando un hombre sale a ligar, lo primero que piensa es en llevarse a su “presa” a la cama. Indescriptibles son las fantasías que inundan su mente al saber que tiene posibilidades de engatusar a una mujer.
Esa mentalidad se basa en el infantilismo, en la falta de experiencia o la incapacidad de seducción.
El sexo es el último paso. Es la recompensa de tu esfuerzo.  La grandeza recae en la seducción, en exprimirte y dar lo mejor de ti. En entender a la “presa” y saber de que modo actuar, porque todo se basa en actuar. Cuanto mejor interpretes, cuanto mejor sepas leer sus pensamientos, cuanto más te parezcas al chico que ella cree que le conviene, cuanto más inteligente seas antes llegarás a tu destino. La magia está en saber que ya la tienes comiendo de tu mano, llegar al punto en el que sabes que ya tienes las puertas de su interior abiertas.
La grandeza es poder, es saber que tu esfuerzo no ha sido en vano y has conseguido tu propósito de la noche. Al hacer bien tu trabajo, el explosionar el volcán de lava ya empieza a perder sentido. Sólo se se hace si todavía quedan ganas, pero la satisfacción recae en saber que puedes, el hacerlo o no ya es secundario. Por este motivo creo que el sexo está sobrevalorado y lo realmente importante, el superarse a uno mismo pasa, erróneamente, a un segundo plano.

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