¡Chihuahua!

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Supongo que uno se plantea bajar barriga por salud o por follar, al menos cuando es inteligente. Otros se meten en un quirófano, se ríen de los muertos de hambre metiéndose dedos en la boca tres veces al día o se matan a correr sin pasión por el atletismo con el único afán de sentirse presentables en público, una talla menos-un nuevo triunfo, intentar ligar en la playa –¿no son conscientes de su calvicie, del bigote anacrónico abordando el interior del labio superior, ese maní que se les marca en el slip?-, tratar de ser un adonis paralelo a la imagen que se les refleja mientras se lavan los dientes en el baño aún medios confusos por el sueño pastoso incrustado en lo más hondo del gaznate haciéndose bola con la mantequilla de las tostadas negras de cáncer y un café al rojo vivo que despierta por el dolor, por la sugestión… ¿cuánta cafeína esperas encontrarte por 0.90?
Se que a ella no le importa, ni siquiera a mi, no soy vanidoso: quienes convivimos con la basura, echamos partidas de dardos con las ratas, tragos de vino con las palomas cojas no nos podemos permitir la soberbia, sería como un gran plato de merengue para el diabético, el condón quebrado del sidoso. Simplemente deseo estar a la altura, encontrar en su orgasmo toda la plenitud de mi satisfacción, correrme pasa a un plano cuarto, casi inexistente, efímero como la culpa del alcohólico en su quinta copa: la sexta es para olvidar… Surgió igual que todo lo grande, por una innecesaria coincidencia –las casualidades simplemente son acciones de las que desconocemos su raíz… creer en la casualidad es lo mismo que asumir que el pájaro siempre vuela porque tiene buenas rachas chocándose contra el viento-,un cúmulo de indiferentes detalles me llevaron hasta ella, tan divertida, tan hermosa, tan dulce… aunque lo vivo de primera mano, aún me resulta utópico que un cervecero en desempleo, sin crestas en la ola ni tampoco más beneficio que el de maltocar el piano en bailes para viejos pueda haber atraído a una mujer de hielo hirviente, su boca de sardina mientras duerme manchando de baba mi hombro, mi almohada, el olor de una saliva ebria por culpa del tinto que compartimos entre el polvo y la mañana… lo mejor es sentir como su consciencia se marchita entre mi carne hasta que sin percibirlo como el sonido de una pestaña cayendo del párpado hasta el suelo, tan real, tan súbito, tan malditamente imperceptible, ambos dormimos padeciendo los pedos mutuos, sus brazos enchumbándome en calor, los mosquitos muerden iguales a pirañas de un río seco, ese pelo rojizo se me atraganta en la boca -paso todo el día sacándome pelos desde debajo de la lengua- y despertarme al mediodía aterrado por si todo fuera un sueño, dudando de si en realidad soy un violador, creyendo que tal vez hubiéramos acordado un precio, pero no, es real, es consensuado, ella también me desea… ¿porqué la inseguridad de los viejos gordos y feos surge con más crueldad al despertarse, estómagos vacíos, el sabor a ceniza del fondo de una lata todavía acurrucado en las mejillas?
Soy tan imbécil como cualquier otro ser humano, siempre planteándome el porqué de mi suerte sin detenerme un puñetero segundo a degustarla… por algo habrá sido, nene, así que no más disertaciones, no más vueltas, no más tortura, simplemente abraza a esa dulzura rematada en coño y deshazte en entrega, en atención, en mimo para estirar esa goma que sin querer se amarró a tu dedo y que ha sido la mayor bendición desde que te rompiste los otros nueve con elásticos de acero que no alcanzaban a ninguna parte.
Nunca te preparas para aquello que no existe. Subirse a un ring sin haber pisado el gimnasio, así es el amor, así es la atracción: un golpe en mitad del coxis que electrifica cada punta del esqueleto y cuando te pones en pie simplemente buscas más, una nueva coz, sin entenderlo ni poder explicarlo… si el sentimiento no es inefable, estás cometiendo un nuevo error con esta chica… en cambio si todo lo que acontece se te frena contra los dientes, es incapaz de salir hecho palabras y chapotea en tu masa gris igual que un pez en el cubo del pescador, si todo este asunto te impregna de un enloquecedor pánico al mismo tiempo tan agradable, tan profunda, demencial, dolorosamente hermoso que te tropiezas cuando intentas huir, la nariz sangra contra las baldosas rotas y te alegras porque notas como ese terror se tapona en cada orificio del cuerpo –incluidas las cicatrices del apéndice y de la almorrana- da gracias, porque has encontrado una gran mujer, quien sabe si la definitiva, quien sabe si la del solo hoy, quien sabe si siempre ha sido mujer… bucea en el miedo, ahógate con él, vive un poco por una vez.
Acaba de romper el sueño y ya está acariciándome el cipote…joder…me encanta,va más allá de la mera carne:con cualquiera se puede follar,he metido prostitutas en mi cama a cientos,pero cuando en una mujer descubro que lo que más adoro en ella no es penetrarla,sino las conversaciones del después,entre caricias,carcajadas,copas,besos...entonces follar te lleva al delirio,tanto que solamente sales del piso máximo media hora al día –bendito paro- para comprar más condones,pan de molde para rellenarlo de jamón viejo y una garrafa de agua:el resto se divide entre sexo y complicidad, compartir fluidos que al secarse se transforman en verbos, sustantivos… tan armónicamente entrelazados entre sí que sientes que es en tus tímpanos donde estalla la eyaculación… follar y charlar, escribir y beber… si fuésemos cavernícolas poco más nos haría falta… 

Ayer fueron cuatro veces al anochecer, uno más antes de empezar nuestra conversación, lo juro, tengo las bolas vacías y ella siempre pide más y más, mi empeño por satisfacerla me limita la asertividad, así que soy incapaz de coser un “no” entre mis labios. 
Comienzo a bombear,la cosa no parece mal hasta que ella se corre:un par de sacudidas más tarde me pide que la imite y lo comprendo,todos nos sentiríamos frustrados,vencidos,mediocres si no conseguimos el orgasmo de nuestro compañero de sábanas,pero con más de medio siglo trepándome la chepa una muchachita de no más de 28,el cansancio de los excesos anidando como avispas vengativas en mi pubis,pareciera que la derrota es una realidad cada vez más obvia…al menos sigue dura,lo suficiente para que entre ese maldito perro inoportuno,300 gramos de pelo negro,mitad temblor,mitad retardo,un pequeñísimo chihuahua que he pisado sin ni siquiera darme cuenta como media docena de veces esta semana…comienza a lamerme los dedos de los pies al mismo tiempo que trato de eyacular sobre sus pechos…me está dando placer,como jamás hubiera creído poder sentir en mis empeines,es algo maravilloso,tanto que en segundos me iré…y así sucede,acabo sobre la chica quien sin abrir los párpados se retuerce triunfante:su ego se entrizaría como un huevo crudo dentro del microondas en marcha si se enterarse de que todo fue gracias al chihuahua…miro a esa rata que aprendió a ladrar y está tumbado de espaldas contra el suelo,vestido únicamente con su pelo negro,fino,tan débil que parece como si no llevara nada…llevara nada…llevara nada…estúpido y sensual chihuahua… 


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