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De repente
Empujaste mi cabeza
Sobre tus labios.
Besaste con ternura
Mis labios rosados.
Y bebí así,
El veneno perfecto:
Dulce sabor
Y mortal efecto.
Quedé atrapada en
Tus brazos,
Rodeando tu cuello
Con mis manos;
Latiendo los pechos juntos
Corazones acompasados.
Me dio vergüenza de pronto
Derretirme con tu calor
Y me tragué el fulgor
De tus ojos pardos.
Los vidrios se empañaron,
El mundo desapareció,
Nuestro sueño floreció
Entre suspiros apagados.
Acariciaste mi rostro,
Mis senos, mi interior.
Y me subí en una nube
De lluvia y de ardor.
Adiós. Te fuiste.
Todo se terminó.
Pero mi corazón aún late
Y aún recuerdo tu olor.
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