Estaba tirado en la cama algo desordenada, con algunos libros de julio Verne, escuchando Human- de The Killers, con los auriculares puestos y pensando en ella.
Tu no me entiendes, ya no eres el mismo, lo veo en tus ojos cuando me besas, con esos labios ya fríos, como si tu amor hacia a mí ya no fuera el mismo de cuando nos conocimos por primera vez. Eres un cobarde.
Abriana la conocí en una exposición fotográfica en Miraflores, ambos teníamos los mismos gustos, estudiaba publicidad, tenía un blog donde escribía. Me gustaba tanto ella, ya que nunca nos aburríamos. Siempre teníamos de que hablar y reírnos. Siempre íbamos por el malecón a caminar todas las tardes después de estudiar, esas tardes grises de invierno testigo de nuestro placentero amor.
Algunas veces íbamos a almorzar a su casa, conocía a sus padres, a su mama siempre le gusta que valla a su casa, había ganado su confianza, siempre conversábamos de política de cómo va este gobierno, Y como el estado se burla de los más pobres. Siempre me decía hijito hablas como un viejo sabido, con un vocabulario innato- me decía, deberías ser político o abogado hijito- para que salves esta humanidad. - Pero lamentablemente no es mi punto pues Emilia- le gustaba que le diga por su nombre. Siempre me lo repetía que cuidara a su hijita, era la única en la familia a pesar de ser una cándida chica, porque nunca pudo tener más hijos. -Claro Emilia no lo dudes yo siempre cuido y velo por Abriana y además la respeto, mientras decía en mi mente pero lo que no sabes es que hacemos cuando tu no estas, en casa Abriana y yo.
Cumplíamos un año de estar juntos, ella me llamo muy tempranito, yo dormía mi amor ya estamos un añito y espero que sean muchos más, sabes que te adoro, te amo y daría todo por estar siempre contigo, te amo travieso. Me dijo por el teléfono. Yo también mi adorada ninfa mi pedacito de luna, mi despertar y anochecer. Necesito que nos veamos amor tengo algo que decirte me dijo.
Estoy esperando una criaturita tuya amorcito, lo siento cuando se mueve dentro de mí, no te alegra amorcito dijo- yo quede sobrecogido, gélido. Solo la miraraba sin poder pronunciar algo. Pensé pero aún no término de estudiar, soy un huevon todavía, en que trabajaría.- ella derramaba sus lágrimas como un riachuelo a desbordarse, dime algo- dijo moviéndome el cuerpo- no se Abriana creo que todavía no estamos preparado le dije- me tiro una cacheta y se fue.
Perdí el bebito . Eres un maricon por no estar conmigo viéndome. Llorando y sollozando me decía por el teléfono- le dije espérame ya voy -dije. no no ya no vengas más que tu conciencia y tu orgullo te mate me dijo con mucha rabia y ya no quiero volver a verte más.
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