Miro esos labios fruncidos en una línea y antes de besarlos desearía cubrirlos con mis alas de hada para que no sean rozados por la lluvia que desborda desde los ojos de mi estatua de sal. Quisiera escudarlo de la cascada de pétalos que se derrama desde las nubes hasta su corazón haciendo que sus manos tiemblen y se transforme en ruinas poco a poco.
Mi memoria traza cada una de las líneas de su mirada, vacío que refleja el anhelo de tocar una estrella, a lo lejos centellea deslumbrándole.
Reflejo en el agua, tan frágil, al momento de acercarme se distorsiona, a la sola intención de mirarle corre peligro de desmoronarse y el viento amenaza con llevarse cada uno de los granos de sal lejos, donde no pueda volver a ver ese cristal palpitando en busca de los ojos que le hagan sonreír.
Abandona el deseo de cegarte, y vuela a donde tu quieras, mira, disfruta, sonríe sin que esto dependa de alguien, eres un ser completo y capaz. Camina sobre nubes o flores, con el cristal que retumba en tu interior puedes incluso crear un arcoíris de nueve colores, rojo, azul, amarillo, anaranjado, rosa, morado, verde y los dos colores que solo tu corazón puede crear. Crea tu mundo y compártelo con quien tu quieras, exponlo con quien mejor te sientas, ¿Quién dice que las emociones y sentimiento deben ser correctos o incorrectos? ¡No te reprimas! Salta, ríe, llora, besa, grita, haz el amor con el mar y deja que las sirenas invadan tu mente durante las eclipsadas noches de tu interior, y entonces dejarás entrar la luz en tus pupilas para que invadan el resto de tu ser.
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