Va pasando los días y sigue sin volver. Mis lágrimas siguen cayendo por mis mejillas y ya no tengo ningún pensamiento ni palabras de consuelo que logre pararlas. Ha pasado tiempo, quizá más de lo que yo esperaba y veo que esto se va a prolongar indefinidamente. No quiero seguir viviendo, no me aporta nada la vida ahora y a pesar de lo que dicen que después de la oscuridad hallaré un largo amanecer, ya no lo creo. He sufrido mucho a lo largo de mi corta vida, ¿Qué me voy a quedar sentada esperando a que transcurran los días y a ver qué nuevo palo me depara la vida? No paro de rezar, de creer en el más allá porque parece que me llegan fuerzas de algún sitio que no logro ubicar. Creo que no me merezco tanto daño. Creo ser capaz de perdonar todo este dolor pero a veces pienso que es demasiado fuerte y que no sé si podré olvidar. La vida puede que esté llena de cosas maravillosas pero no están hechas para mí. Me dotó de un gran tesoro y me lo ha quitado de la misma manera en que lo depositó. No puedo más con tanto sufrimiento. Pensamientos y recuerdos me están matando constantemente y estoy sobreviviendo no sé muy bien cómo. No se lo deseo ni a mi peor enemigo esta situación. He llegado a un punto en el qué no sé qué hacer, hacia donde tirar o por donde seguir andando, creo que la mejor opción sería desaparecer para no volver nunca ver la luz. No concibo una vida sin amor, una vida sin sentimiento y sin una sonrisa correspondida. Porque el amor me lo ha dado todo.
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